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24 de abril 2024
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OpiniónFernando PeñaFernando Peña

El fin de la era del PLD y cuando le pasen balance 

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Y habrá que pasar balance a los veinte años de gobierno del PLD, del expresidente Leonel Fernández y del expresidente Danilo Medina.

Con sus luces y sombras.

Con sus aciertos y desecamientos.

Ninguno de los dos entendió que debían enfrentar la realidad del partidismo político y los límites del poder presidencial.

Fuera del fanatismo político de la politiquería, tras veinte años gobernando, hay que admitir que fallaron en cumplir promesas, en urgencia ciudadana, pero pese a eso dejaron atrás la huella del progreso, de sus intentos por cumplir lo que ofrecieron.

Leonel, recuerdan, llegó al poder en medio de una crisis económica difícil que solo se podría comparar a la que pasa hoy el país.

Los esfuerzos, la voluntad de Leonel permitieron revertir el daño.

El patrón de crecimiento aplicado por Leonel dio resultado.

Pero su clientelismo y pragmatismo hicieron y le hicieron mucho daño.

El concentrar demasiado poder y dominio sobre las instituciones estatales dejaron su lastre y le pasaron factura.

Demasiado tiempo de gobierno era para colapsar y la gente llegó al hastío, al cansancio.

Al PLD le era imposible ganar en el 2020, mucho menos en tiempos anormales y sacudido por la división, porque sus victorias electorales eran sujeta siempre a la unidad de acero que mostraba y a su nivel de logros de concertación hacia fuera.

Danilo Medina gobernó dos periodos de esa Era del PLD bajo muchos contratiempos internos y con una representación de mucho desgaste de anos de gobernar.

Danilo Medina fue víctima del desgaste y deterioro político.

El revés electoral sufrido por Danilo Medina y el PLD debe servir como una señal de advertencia.

Para los partidos que quieran durar largos períodos gobernando.

Leonel y Danilo no entendieron que debían elegir entre mantener los mismos dirigentes como candidatos y arriesgar una derrota electoral u optimizar sus posibilidades de mantenerse en el poder bajando la guardia e introduciendo sangre nueva.

Ambos son culpables de la derrota electoral, dirán algunos que uno más que otro, quizás.

Ahora le pasaran factura a sus errores y sus debilidades, sus derroches y acto de corrupción serán la navaja que afinaran contra ellos desde el nuevo gobierno y las huestes políticas que le adversan.

Leonel Fernández intenta salvarse ya que acomodo su discurso contra el PLD, Danilo Medina y su gobierno y posibilito derrota aliándose a sus tradicionales enemigos.

Su huida del PLD fue un grito desesperado de salvación.

Pero esa actitud le podría costar su liderazgo, porque ahora miles de trabajadores del gobiernos, dirigentes, militantes y simpatizantes del PLD que están siendo despedido lo señalan como causante de su desgracia personal y partidaria.

Pero, además, el daño también se lo causa al PRM y al gobierno de Luis Abinader, imposibilita enjuiciar a la Era del PLD de manera total.

Al solo enjuiciar a los dos periodos de gobierno de Danilo Medina y sus colaboradores manda una señal de persecución selectiva.

Y más que bien, dentro de unos años, al pasar balance, con la crisis que nos deja el Covid19, se podría como ver acciones políticas y no una lucha sincera contra la corrupción pública y privada y el adecentamiento de la vida pública nacional.

Y aunque enjuicien a personajes del danilismo, la gente podría intuir que fue venganza. Y el PLD con su poderío, sus vínculos, su poder económico resurja como opción unificada en el 2020, siendo una salvación de para esos dos líderes del peledeismo histórico, Danilo Medina y Leonel Fernández.

El presidente Luis Abinader tiene que manejarse con mucha cautela, saber bien elegir sus prioridades políticas.

Seguir dando la sensación de que va cambiando el modelo político de gobierno es positivo, al igual que las caras nuevas de su gobierno ayuda a ver ideas nuevas y frescas.

Es una fuerza de renovación de sangre nueva. La democracia necesita a menudo nuevas caras.

El fallecido líder italiano demócrata cristiano, Giulio Andreoti, quien fue tres veces Primer Ministro, fue citado por su famosa frase «usa el poder y lágrimas, especialmente a aquellos que no lo tienen».

Ahí es el peligro de Luis Abinader.

Mas cuando, sin lugar a equivoco, los gobiernos del PLD generaron progreso y sus gobiernos tuvieron momentos populares.

 El mayor desafío para el gobierno y Luis Abinader es mantener su postulado de cambio, mantener la estabilidad macro económico, social y política, darle al pueblo comida, salud y educación en estos momentos de crisis mundial. Eso es lo fundamental, lo otro espera, la vida no, más ante la casi inminencia de la muerte, en medio de esta pandemia.

Por Fernando Peña 

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