Los conflictos internos, que estaban debilitando la alianza política entre ambos líderes políticos, terminaron rompiendo el vínculo que los unía. Como formábamos parte de este proyecto, escribimos varios artículos para llamar la atención sobre los efectos negativos, que estaba provocando la pugna entre los seguidores de Ramfis y los de Ismael.
Hicieron caso omiso a nuestro llamado, por lo que consideramos una pérdida de tiempo seguir intentando unir a dos equipos, que no lograban acoplarse para perseguir un objetivo común.
Ismael Reyes como jefe de campaña, en vez de propiciar un entendimiento, que permitiera un trabajo en armonía. Le echaba leña al fuego.
Usando el argumento de que, los dirigentes del PDI, por ser el partido reconocido por la Junta Central Electoral, les correspondía dirigir los comandos de campaña. Negándole toda participación al sector ramfista,
Una actitud dictatorial, a la cual no nos sometemos. Por tal razón, renunciamos mediante carta publica.
No paso mucho tiempo, para que explotaran las intrigas haciendo añicos el proyecto y tirando al zafacón el esfuerzo de todos los que habíamos trabajados. Con la esperanza de que llegara un nuevo gobierno que impulsara los cambios, que por décadas ha estado reclamando el sufrido pueblo dominicano.
Pero, como dice un refrán popular: una cosa piensa el burro y otra quien lo apareja. El interés de Ismael Reyes, estaba concentrado en el crecimiento de su partido, por lo que aisló al equipo de Ramfis.
Es por ello, que un proyecto que se perfilaba como la tercera fuerza política, que la mayor parte de los dominicanos hemos estados anhelando, se derrumbo.
Cuando nos referíamos a dichos conflictos, Ismael Reyes en vez de buscarles solución, los minimizaba encubriéndolo bajo el argumento de que era parte de una campaña sucia pagada por el PLD, pues entre Él y Ramfis existía una relación de hermandad. ¡Cuánta hipocresía!
Por este tipo de actuaciones, es que cada día aumentan más los que no creen en los políticos. El pueblo fue testigo, como esa relación de hermandad se convirtió en una guerra enmarcada por mutuas acusaciones de traición, que llegaron al plano de las amenazas.
Un líder debe ser un modelo a seguir, cuando propaga palabras amenazantes, que incitan a la violencia, esta enviando un mensaje equivocado, que propicia el aumento de la descomposición social.
Sobre el fin de esta alianza, debemos hacernos la pregunta. ¿Cuál de los dos, es culpable y traidor? Nosotros que participábamos activamente en la campaña e intentamos, que el proyecta siguiera adelante, no tenemos duda de que el único traidor es Ismael Reyes.
El PDI, es una organización que forma parte de los ventorrillos políticos, que utilizan a sus miembros para venderlos como reses al mejor postor. Es por ello, que se mantienen vigentes a través de las alianzas, sin importar con quien sea, pues solo le interesa obtener una tajada del pastel.
Este comportamiento nefasto de los dirigentes de nuestros partidos políticos, es lo que ha llevado a la ciudadanía a no creer en ellos.
Según uno de los sondeos de la firma Gallup el 55.8% de los encuestados, dijo que los partidos no le merecen ninguna confianza. Sumado al 17.0% que opinó que le merecen poca confianza. Tenemos un resultado del 72.8 % de los dominicanos, que desconfía de los partidos políticos.
Este porcentaje tan negativo, es lo que ha permitido, que Ramfis haya arrancado exitosamente y se convierta en una amenaza. Ejemplos sobran de candidatos emergentes, que han obtenidos victorias electorales contundentes.
Entre ellos, esta el caso de Donald J. Trump en los EEUU; Alberto Fujimori en Perú; Hugo Chávez en Venezuela; Mario Abdo Benítez, en Paraguay; Nayib Bukele, en El Salvador; Vladimir Putin, en Rusia y Vladimir Zelensky, en Ucrania.
La mayoría del pueblo dominicano, está cansada de tanto abuso de poder, de la corrupción rampante, la criminalidad, la delincuencia y una serie de males sociales acumulados, que hacen de nuestro país, un terreno fértil para que un nuevo candidato político se convierta en una opción de poder.
El pánico, que se apoderó de la vieja partidocracia, al ver el crecimiento del proyecto político de Ramfis, los llevo a buscar la forma de detenerlo y quien mejor, que uno de los antiguos socio.
Por Elías Samuel Rosario Mata