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18 de abril 2024
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OpiniónFrancisco Rafael GuzmánFrancisco Rafael Guzmán

El Discurso de Leonel

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Hace unos días, en visita de campaña proselitista por El Cibao, el Dr. Leonel Fernández llegó a decir que construiría un tren de carga y pasajeros que una a La Capital con Montecristi. Parecería interesante un proyecto así, desde el punto de vista de las necesidades del transporte en la República Dominicana, pero las consecuencias de impacto ambiental podrían ser muy grandes.

Grandes espacios de zonas boscosas o de cultivos podrían destruirse para la construcción de los raíles, en un país de apenas poco más de 48,000 kilómetros cuadrados. No se tiene en cuenta todo el efecto devastador que sobre el medio ambiente puede tener semejante proyecto. Las tierras que ocuparían las vías férreas no serían tenidas en cuentas, aparentemente, a la hora de calcular el costo social de oportunidad de semejante obra.

Ahora bien, la inversión que semejante obra supone es tan grande. ¿Ha pensado en eso el ex -presidente Fernández?  ¿El endeudamiento que tiene nuestro país no ha tocado el techo? Nos preocupa que se piense en un proyecto tan magno si de endeudar más al país es de lo que se esté tramando, en caso de que Fernández vuelva a ser presidente o cualquier otro que quiera asumir un proyecto así.

El Metro de Santo Domingo fue un proyecto de Leonel Fernández, el cual ha sido ampliado por Danilo Medina. Nadie en que esté en su sano juicio puede negar que dicho proyecto de transporte urbano haya venido a ofrecer a la ciudadanía capitalina, aunque parcialmente, una solución. Sin embargo, el congestionamiento en el tránsito urbano no ha terminado, ni siquiera con la construcción de los teleféricos. El aumento del parque de vehículos de motor, que tanto contaminan la ciudad de Santo Domingo y el resto del país, es una seria desgracia para toda la población dominicana.

Esto disminuye la calidad de vida en la población, ya que provocan el aumento de las enfermedades respiratorias y terminales; además, a  esto hay que agregar que la población que trabaja vive estresada, al tener que desplazarse por las calles con tanta lentitud, debido al aumento del parque de vehículos. Este ha crecido en una proporción tan exagerada sobre todo a  partir del año 2010, pese a la construcción del Metro de Santo Domingo y pese a la construcción de los teleféricos por parte de Danilo Medina.

¿Hasta cuando la libertad de comercio va a seguir deteriorando la calidad de vida de la población dominicana? La respuesta es no sabemos. Ahora bien, el modelo neoliberal tendrá que ser destruido cuando eso ocurra, no podemos ni pensar que sea eterna la hegemonía del capital financiero y el capitalismo como sistema de opresión social, ambos destruyen al planeta y tendrán que ser destruidos o el planeta azul dejará de ser albergue de vida.

La calidad de vida en la población dominicana ha descendido tanto que ya esta no dispone de tiempo libre. Es decir, no disponemos de tiempo para hacer lo que queremos hacer al margen de las obligaciones.

No disponemos de un tiempo para realizar alguna actividad que nos proporcione una satisfacción espiritual, una actividad no remunerada en la que podamos ser creativos, una actividad extra al trabajo remunerado. Ser consumidores en un tiempo de ocio eso no es ser creativos. A consumir se nos induce, hasta cierto punto se nos obliga.

La gente no dispone de tiempo suficiente para hacer lo que quiere. Son largas las jornadas de trabajo para no disponer de tiempo libre; la desintegración de grupos sociales secundarios (clubes, grupos de amas de casas, sindicatos y asociaciones campesinas) y la eclosión de pandillas y la delincuencia ha sido consecuencia de ello y a la vez contribuyen a impedir que los primeros vuelvan a activarse.  La gente no dispone casi de tiempo para esto último.

¿Por qué no se piensa en este problema en toda su magnitud al hablar del tren hacia el Cibao? ¿Para qué invertir tanto si no tenemos tanto territorio? ¿Para qué se permite tanta importación de vehículos que tanto contaminan, a costa de tanto deterioro en la calidad de vida en la población dominicana?

Mientras el país se endeuda con las desastrosas políticas, el salario de los trabajadores no les da para mitigar el hambre, mucho menos para tener una buena calidad de vida. Esto es lo que nos han traído el modelo neoliberal y la globalización, un capitalismo salvaje. Cada vez más tenemos más estudiantes de medio tiempo, porque tienen que trabajar si quieren estudiar porque el salario que ganan sus padres no les alcanza. Las becas para el exterior, para maestrías y doctorados, no son para cualquiera, sino la mayoría de las veces para los hijos de altos funcionarios y no necesariamente por ser los más meritorios. Ese modelo debe ser destruido.

El tren podría ser bueno pero no a costa del endeudamiento y si es posible construirlo sin afectar tierras de cultivo y sin afectar grandes zonas de bosques. Probablemente Trujillo dejó que este medio de transporte se deteriorara en El Cibao con la finalidad de quitarle poder a la región de los caudillos regionales que él combatió. 

Por Francisco Rafael Guzmán F.

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