El régimen comunista que sojuzga al pueblo cubano por 62 largos años de férrea dictadura marxista, ha sobrevivido parasitariamente desde sus inicios, chupándoles el presupuesto, primero a la ya extinta tiranía imperialista de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, y al esta desaparecer inducida por acontecimientos sorpresivos e imprevistos, pero fruto del fracaso de sus políticas económicas e institucionales, la suerte le ofreció al chavismo para seguir sin pudor, parasitando.
Con un apoyo sostenido en base a una falsa propaganda basada en una retahíla de mentiras y mitos para el consumo de su desinformada población «revolucionaria», obnubilada por el fanatismo y la ignorancia, y exportada a todo el mundo, principalmente a América Latina, también para el consumo de sus ingenuas huestes drogadas de marxismo, esta longeva tiranía ha logrado su supervivencia a pesar de su evidente fracaso.
Ahora, luego del desplome de la economía venezolana fruto precisamente del fracaso de las erradas políticas económicas implementadas por el castrochavismo, el régimen de la isla busca desesperadamente de una nueva víctima de la cual seguir alimentándose en su condición de parásito insaciable, ya que Venezuela no puede seguir entregándole todos los subsidios que le entregaba desde el principio del gobierno de Chávez, cuando el precio del petróleo estaba por las nubes…
Así que se han lanzado a la conquista de México que le coquetea precisamente en momentos de gran precariedad, debido a que en dicho país gobierna un presidente y un partido alineados a los mismos ideales por los que se rige el castrismo, el que por medio de su presidente, lacayo de la Habana, se le ha ofrecido en bandeja de plata para acompañar o sustituir al chavismo en su condición de subsidiario del parasitismo de la isla esclavizada.
Aunque quizás no será en los mismos volúmenes de Venezuela, de seguro que López Obrador en su condición de sirviente del castrismo, seguirá tratando de sostener en la medida de lo posible, a la criminal e inútil dictadura castrista, la cual se empecina en no ceder ni un ápice de poder, aunque siga ejerciendo su papel eterno de ente parasitario.
¿Hasta cuando aguantará el sufrido pueblo cubano que lo sigan sometiendo de esa manera? ¡Es necesario que siga luchando aunque sea en las precarias condiciones a que lo tiene obligado el férreo control ejercido por el perverso régimen genocida que lo sojuzga de manera inmisericorde!
¡Abajo las dictaduras comunistas y las de cualquier calaña!
Por José Flández