Santo Domingo 23 / 31 Soleado
ENVÍA TUS DENUNCIAS 829-917-7231 / 809-866-3480
19 de abril 2024
logo
OpiniónEmilio Armando OlivoEmilio Armando Olivo

“El Bajo Yaque Ahora”

COMPARTIR:
 Nueva vez nos toca escribir sobre las alternativas del desarrollo o sobrevivencia del Bajo Yaque, zona de mucha importancia para la Línea Noroeste en especial mi provincia querida, Monte  Cristy.
 
Apreciado lector. Ahora, que no tenemos las inundaciones es cuando debemos abocarnos a estudiar los reales problemas del Bajo Yaque y algunas de sus posibles soluciones y destaco algunas, pues una es viable desde el punto ambiental, otra económica, otra humana y lamentable una política.
 
Conozco por los años observados o vividos que el problema central de las inundaciones han o están debido a la deforestación rio arriba o sea el uso o mal uso de esos recursos naturales, en la alta montaña y en las riveras del recordado Yaque o Guayubincito, por lo tanto la sedimentación. El rio no tiene charcos.
 
Reiteramos que debemos unir voluntades para la solución y me identifico con la siguiente propuesta.
 
Crear una “Comisión Operativa”, reitero operativa, que conformada por los reales munícipes y perjudicados se planifique el dragado del Yaque, partiendo  desde el mar hacia arriba o el Este, a sabiendas que en Juan Gómez, Guayubín, el dique los frenará. De ahí hacia arriba hablaremos luego y pronto.
 
Este dragado por suerte proveerá millones de pesos que deben ser distribuidos en las partes o participantes, desde la alta montaña (forestar y reforestar) de toda la cuenca hasta las municipalidades afectadas. Es mucho dinero y deben ponerse al lado expresiones como “na e na, to e to y quiero lo mío”, pues la sociedad o sea el país es de todos.
 
Ahora bien. Ese dragado de dos a tres metros de profundidad extraería las arenas, sedimentos y maderas del lecho del rio, que producirían millones de pesos, pues serían millones de metros a obtener.
 
Canalizado el Yaque se reducirían sus efectos de inundación y por igual en época de bajo estiaje desalinizaría los suelos, que mucho lo necesitamos para producir nuestros alimentos. Hablamos de decenas de miles de tarea en ambas márgenes, desde Juan Gómez, al Atlántico.
 
Sabemos que esta utopía choca con intereses, pero puede beneficiar mucho a muchos, por lo que le ruego a mi Dios que alguien con autoridad se interese por lo menos organizar un encuentro y discutir el futuro del Bajo Yaque y su gente.
 
“La suerte está echada”.  

Comenta

[wordads]