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20 de abril 2024
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OpiniónMaximo SanchezMaximo Sanchez

El aprecio especial del Presidente

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Recuerdo un dicho de mis ancestros que reza, “es mejor caer en gracia que ser gracioso”; lo menciono, porque después del papelazo del Consejo Nacional de la Magistratura, donde el Sr. Procurador Jean Alain Rodríguez intentó desacreditar a la magistrada Miriam Germán Brito, los follones han asfixiado los salones judiciales y Jean Alain sigue en el puesto.

Negué tanto con mi cabeza, que el Presidente de la República auspiciara esa insensatez contra la jueza Germán Brito, que me llegó a doler el cuello de tantas veces que dije no, pero la realidad es tan evidente, que mis dudas se acrecientan con cada huevo del “insigne Procurador”.

Los papelazos se suceden uno tras otro, y el Presidente Medina parece no enterarse; los dos últimos, la persecución y sometimiento de la red de narcotráfico y lavado del “Abusador”, y el macabro final de Anibel González a manos de un multimillonario enfermo mental.

¿Cómo es posible que con una red de criminales, perseguidos y señalados internacionalmente, se decida actual y que la principal cabeza, conociéndose su ubicación no se logre apresar?; todas las apariencias indican que las altas instancias de la PGR no querían encontrarse con el Sr. Cesar Peralta, por razones que no queremos suponer.

Pero la cosa no se queda ahí; se implementan unos expedientes tan flojos y faltos de las pruebas concluyentes, que el Juez de instrucción, se ve obligado a dejar en libertad a varias personas señaladas como cómplices por el Ministerio Público; estas personas si son inocentes, ya se les ha hecho un daño irreparable con el rumor público que se crea con el sometimiento.

Mientras la ineptitud es tan grande, que Cesar “el abusador” continúa libre y según dicen negociando para entregarse; necesitan tapar todos los huecos malolientes antes de consumar su captura.

El asesinato de Anibel González, además de ser un hecho sórdido y macabro, es vergonzante; aquí hubo un chorro de dinero, que se puede detectar a millas de distancia; un intento de asesinato, no de una estocada, sino de siete puñaladas, sindicado por el Ministerio Público como intento de homicidio, no de asesinato; y luego un acuerdo de jueces y fiscales para dejar en libertad al verdugo.

No valió el retiro y la protesta de la representante fiscal original del caso; se interrumpieron todas las audiencias del día, hasta consumar el acuerdo maldito que terminaría con la vida de Anibel, y para no dejar rastro del desacuerdo de la anterior fiscal, se le traslado a una locación remota.

Con este breve retrato de la Procuraduría General de la República de Jean Alain Rodríguez, se puede afirmar “que es mejor caer en gracia que ser gracioso”.

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