EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- Ejecutivos de compañías privadas y de organismos reguladores del país debatieron sobre los desafíos legales de las empresas dominicanas en el entorno digital y plantearon la necesidad de actualizar el marco jurídico relacionado con la materia.
En el marco de la “Cumbre anual dominicana de consejeros corporativos”, los participantes abordaron tópicos como ciberseguridad, cumplimiento e infracciones electrónicas.
También abordaron durante el desarrollo del panel, la protección de datos, contratación de servicios tecnológicos, derechos digitales y propiedad intelectual asociados a la era de internet.
En el encuentro, que se realiza por quinta vez en el país, participaron César Moliné, director de Ciberseguridad, Comercio Electrónico y Firma Digital de INDOTEL; Manuel Grullón Hernández, empresario e impulsor de FinTechs; Miriam Sánchez, Gerente de División Legal del Banco Popular Dominicano; Isabel Andrickson, abogada especialista senior de Pellerano & Herrera y directora de la práctica digital y tecnología, además de Tim Girven, Editor de The Legal 500.
Grullón señaló que para las empresas de tecnología financiera o “fintechs” es importante contar con reglas del juego que definan la interacción con los reguladores y con los consumidores. “Debemos agregar seguridad y confianza para animar la inversión”, señaló.
Para Sánchez, el empuje digital es muy dependiente al sistema regulatorio y a la prueba de datos e indicó que lo importante es saber hasta dónde se quiere llegar, qué tanto se puede arriesgar y cuánta seguridad se puede ofrecer al usuario.
“El estado actual de muchas de estas normativas requiere de una urgente actualización para contemplar no sólo la evolución de las tecnologías de la información, sino también para abrir oportunidades nuevas en el desarrollo de la economía digital”, subrayó Moliné.
En tanto que Andrickson abogó por políticas eficientes y seguras tanto para los gestores legales como para las entidades responsables de regular el sistema, indicando que es esencial el desarrollo de capacidades que permitan aprovechar las posibilidades que ofrece la tecnología en materia de negocios. “La falta de conocimiento pone trabas en los procesos”, apuntó.
