«El presidente (Juan Manuel Santos) dio un informe positivo sobre los pasos que se están tomando y avances que se están logrando (en la lucha contra el narcotráfico) y nos sentimos muy alentados por lo que acabamos de oír y vamos a seguir trabajando con Colombia», explicó Tillerson tras reunirse con el mandatario.
En este sentido, aseguró que la lucha contra la producción de cocaína es «un desafío compartido», por lo que seguirán trabajando de forma mancomunada «para socavar las organizaciones narcotraficantes» que afectan tanto a colombianos como a estadounidenses.
El pasado viernes, el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó con cortar la ayuda financiera a los países que no eviten la entrada de drogas a Estados Unidos, a los que no mencionó.
Durante una visita a una división de la Oficina de Protección de la Frontera y las Aduanas (CBP, en inglés), Trump se mostró muy interesado en el origen de drogas como la cocaína, la heroína y metanfetaminas en su camino hacia Estados Unidos y preguntó por los esfuerzos de Colombia y México en la lucha contra el narcotráfico.
El jefe de la CBP, Kevin K. McAleenan, explicó en respuesta al presidente que en el último año ha habido «una mejora importante en el diálogo y la eficacia» con las autoridades mexicanas, pero no dijo nada de Colombia.
Desde que Trump llegó hace un año a la Casa Blanca, EE.UU. ha pedido a Colombia que haga «todo lo posible» para eliminar el narcotráfico y ha advertido de posibles «problemas bilaterales» si no se ataja el aumento de cultivos ilícitos.
Al ser preguntado acerca de la posibilidad de que Estados Unidos recorte las ayudas que da a Colombia para luchar contra el narcotráfico, Tillerson dijo que los dos países tienen «una relación tan estrecha que pueden hablar de forma muy sincera y franca» y explicó que Santos y Trump tuvieron una conversación reciente acerca de ese tema.
El secretario de Estado atribuyó el aumento que se produjo en 2016 de cultivos de coca a los diálogos de paz con las FARC, pero destacó que ahora que hay un acuerdo firmado y esa antigua guerrilla ya está desarmada ha comenzado un proceso «para revertir esa tendencia» gracias a la sustitución voluntaria de cultivos y a la erradicación forzosa como segunda opción.
Por su parte, Santos indicó que entre «2017 y lo que va del 2018 se han erradicado forzosamente 54.000 hectáreas» sembradas con coca, lo que supone superar la meta fijada.
Además, indicó que para final de este año esperan llegar a las 115.000 hectáreas erradicadas.
Con respecto a la sustitución voluntaria de cultivos recordó que el Gobierno ya ha firmado acuerdos colectivos con más de 124.000 familias que «dicen poseer cerca de 95.000 hectáreas con cultivos ilícitos».
De esas 124.000 familias, 30.000 ya han comenzado el proceso de sustitución.
Por EFE
