EL NUEVO DIARIO, FILIPINAS.- El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, dijo este lunes que no dará «ni un centavo» a los propietarios de los hoteles de la turística isla de Boracay (centro) por las pérdidas provocadas por su clausura temporal por la contaminación del mar y sólo ayudará a los «filipinos pobres».
«No dedicaré ni un sólo centavo a los propietarios de hoteles», afirmó en un discurso televisado el jefe de Estado, tras confirmar que el Gobierno aportará un paquete de ayuda a los afectados por valor de 2.000 millones de pesos (31 millones de euros, 38 millones de dólares).
Duterte ordenó el pasado jueves el cierre al público durante seis meses, desde el próximo 26 de abril, de la paradisíaca Boracay, que previamente había calificado como una «cloaca» por la contaminación de sus aguas.
Las pérdidas que conllevará el cierre temporal de la isla se estiman en 56.000 millones de pesos (874 millones de euros, 1.070 millones de dólares), por lo que el Gobierno prevé declarar el «estado de desastre» y usar un fondo reservado a calamidades.
Este fondo solo servirá para apoyar a «filipinos pobres», advirtió Duterte, en referencia a los aproximadamente 35.000 trabajadores desplegados en la isla y a parte de sus más de 32.000 habitantes que viven directa o indirectamente del turismo.
El Ejecutivo cree necesario diseñar un segundo sistema de alcantarillado para evitar vertidos incontrolados al mar, ensanchar la avenida principal y derruir establecimientos ilegales en esa isla de 1.032 hectáreas ubicada unos 300 kilómetros al sur de Manila.
Boracay es uno de los principales destinos turísticos de Filipinas y solo el año pasado recibió dos millones de visitantes.
Por otra parte, el Gobierno concedió el mes pasado a una empresa de Macao (China) la licencia para un proyecto de construcción de un complejo turístico y casino en Boracay por valor de 500 millones de dólares (407 millones de euros).
Duterte, sin embargo, aseguró en su intervención de hoy que «no hay planes de construir un casino» en la isla porque los filipinos «no ganarían nada» con ello.
