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19 de abril 2024
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OpiniónLuis CordovaLuis Cordova

Dr. Príamo Rodríguez Castillo

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La línea de vida del Don Príamo Rodríguez Castillo es la de un humanista, forjador de conocimientos y esperanzas.

Un maestro, un académico, un emprendedor, asesor, creador, inventor, innovador, investigador metodológico, un desarrollador de proyectos múltiples, un soñador de futuro y de modernidad, que por espacio de cincuenta años ha dedicado su tiempo y ejercicio profesional a motivas, a formar, a empujar y a guiar personas en el mundo empresarial, social, educativo, financiero, tecnológico, deportivo, energético y medioambiental, tanto en el espacio nacional como internacional.

Mostrando y demostrando con sus acciones que con sabiduría, disciplina, confianza, perseverancia, interés, amor, seguridad y determinación todo se puede alcanzar y lograr, siempre y cuando lo que se haga sea para el bien personal y el de los demás.

Una frase que retumbará en la memoria de quienes le conocieron en el contexto de la academia es: “todo lo aprendido debe ser compartido; servir debe ser la satisfacción y riqueza humana.”

Como gran canciller del Sistema Corporativo Universidad Tecnológica de Santiago UTESA, el doctor Rodríguez Castillo desarrolló un trabajo encomiable a favor de la educación superior en la República Dominicana, iniciado con la fundación en 1974 de la Universidad con fuerte énfasis en las áreas de salud y de la ingeniería. Su campus principal ubicado en la ciudad de Santiago de los Caballeros y mantiene hoy otros campus en Santo Domingo, Puerto Plata, Espaillat, Dajabón y Valverde. Ideólogo de la filosofía utesiana, modelo educativo privado que abrió la posibilidad a miles de dominicanos y dominicanas de lograr un título profesional sin la obligatoriedad de radicarse en la ciudad capital o imposibilitarse en otros sistemas con elevados costos. Fue la primera universidad privada del país en ofrecer un horario nocturno. En otras palabras Don Príamo democratizó el acceso a la educación superior en el país.

Creador de colegios de bachillerato, ubicados en diferentes ciudades del país, es una amplitud de miras en la educación de cara al futuro.

Un hombre que comprende su tiempo es un hombre capaz de visualizar el futuro aprovechando las oportunidades. Así las inversiones y aportes al desarrollo de la nación se manifiestan en la fundación de cuatro laboratorios clínicos, dos centros médicos, un Parque Industrial de Zona Franca; una fábrica de paneles solares; un hotel turístico, dos radio televisoras educativas y un periódico, el diario de circulación nacional que es el decano de la prensa regional La Información.

Otras iniciativas están en preocupaciones que viene de su infancia como hacer más eficiente la agropecuaria, en ese sentido creó dos centros experimentales productores de banano y un centro productor de ganado vacuno.

Sus dos últimas obras impulsadas revelan la profunda comprensión del hombre en esencia y a futuro: la apertura del Centro de Convenciones y Cultura Dominicana UTESA y el proyecto de Energía Solar, ambos únicos en el país por su gran dimensión, capacidad y la calidad de los servicios ofrecidos.

El ser humano de cara a su origen y evolución a través de la cultura y la necesaria alianza con la naturaleza y las alternativas para energía más limpia en un mundo que requiere mayor eficiencia en todos los sentidos.

El doctor Príamo Rodríguez Castillo desarrolló una permanente producción escritural que se compendia en una amplia obra ensayística de más de trece títulos con textos que comprenden diferentes naturalezas como fue su pensamiento y legado.

Su vida y ejercicio profesional ha sustentado lo que ha planteado: el altruismo, el cristianismo y lo humano como eje de su vida, su familia creada junto a Doña Ingrid González de Rodríguez y sus hijos Frank, Lily, María de Jesús y Melany Rodríguez González, una familia que muestra de profundo amor, altruismo, humildad y apego a los valores positivos de los padres que fundaron el hogar.

Quizás preconizando el momento doloroso de su partida sin retorno, en su último libro publicado dice que sus servicios, sus saberes y experiencia, no se los llevará a la tumba; ha preferido compartirlo y disfrutarlo en el discurrir de su vida.

Así fue su vida terrenal y así seguirá siendo en su pensamiento y su obra, la cual queda entre los dominicanos y dominicanas como un ejemplo de constante superación y de visión de futuro apegado al trabajo y valores humanísticos.

Su legado y ejemplo de vida confirman la sentencia del apóstol José Martí, cuando afirmó: “la muerte es mentira cuando la tarea de la vida se ha hecho bien”.

 

Por Luis Córdova

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