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19 de abril 2024
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OpiniónFrancisco Rafael GuzmánFrancisco Rafael Guzmán

¿Dónde están los restos de Ramón (Monso) Sánchez?

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Misteriosamente el 27 de noviembre del 2013 se desapareció de su casa el comerciante Ramón Sánchez el distrito municipal de José Contreras, fueron sometidos a investigación un grupo de personas sospechosas, ellas son: Winston Antonio Rosa Salas, José Antonio Polanco Salcedo, José Reyes Moya, Francisco Javier Estrella y Julio César Sánchez, este último hijo del comerciante Sánchez.

Aparentemente, según testimonio  de alguna persona que pasaba por el lugar, algún chofer de los ofrecen transporte a los pasajeros públicos, el hecho ocurrió en la madrugada de ese día. Esa persona notó un movimiento de personas en la residencia del occiso. Llama la atención el hecho de que muy próximo a la casa hay un cuartel de policía, algún agente debió estar de vigía, pero es posible que se durmiera en la madrugada (faltaría poco para amanecer).

Monso era una persona muy trabajadora, que trabajó durante un tiempo como empleado del comerciante Nicolás Hawa (de origen palestino) en poblado Villa Trina cabecera de ese distrito municipal, junto con el señor Amado Jiménez, ambos luego formaron una sociedad y fundaron una razón social, estableciendo una casa comercial conocida con el nombre de Los Hermanos. Ellos se consideraban como hermanos, sin ser parientes. En fin, Monso y Amado, los hermanos, lograron una movilidad social y se puede decir que su estatus social correspondía  al de una alta pequeña burguesía comercial pueblerina. Los hijos de ambos estudiaron en la Ucamaima o Pucamaima. Esa movilidad social no es objeto de cuestionamiento por nadie o casi por nadie, porque si tuvieron algo de privilegio, las leyes de esta sociedad capitalista eso lo permiten. Monso era una persona muy estimada en Villa Trina y también en Juan López y la sección o paraje de La Cidra, de dónde era oriundo. Es muy sorprendente que una persona así viniera a morir de esa manera, lo peor es que  ni sus restos han aparecido para sus familiares darle cristiana sepultura, de acuerdo con sus tradiciones. Un caso muy parecido ocurrió en el hoy distrito municipal de Juan López, donde el señor Nicolás González que gozaba de un prestigio muy grande apareció asesinado y nunca la justicia dio una explicación del asesinato, después de haber una experticia del patólogo forense.

En el caso de Monso Sánchez hubo el fallo judicial fueron condenadas a 30 años de prisión por el Tribunal Colegiado de la Cámara penal de Monseñor Nouel  las cinco personas mencionadas, entre las cuales está su hijo Julio César Sánchez. Ahora bien, cómo condenar a personas si no aparece el cuerpo del delito. Esto me hace recordar, la lectura de la novela histórica o historia novelada de Ramón Alberto Ferreras: Las Mirabal, en uno de sus capítulos la estudiante de derecho en la Universidad de Santo Domingo (todavía no era autónoma) María Argentina Minerva Mirabal le refuta a su maestro del Dr. Joaquín Videla Balaguer, cuando este dice que en un homicidio el cuchillo o las armas son el cuerpo del delito, diciéndole el cuerpo del delito debe ser el cuerpo del occiso porque si no hay un occiso no hay delito.  Cómo condenar si no ha aparecido el cadáver, ya que nadie sabe qué fue lo que pasó, pero si acaso alguien sabe lo que pasó este no ha probado nada.

Esto significa que para la justicia no hay prueba de qué fue lo que pasó con Ramón (Monso) Sánchez. Debe la ciudadanía vivir bajo un situación de ausencia de protección a la vida, acaso no es un derecho la inviolabilidad de la vida. Si ha habido algún tipo de retaliación política o judicial, porque algún hijo de Monso interviniera de un modo injusto en la justicia o que a alguien no le gustar, todos o muchos de ellos son abogados y alguno de ellos  ha tenido vínculos con algún partido que no es el PLD, Monso no es o no pudo ser responsable de lo que un hijo suyo haga y debe haber una explicación de que ha pasado con su vida o dónde está su cadáver y toda su familia tiene el derecho de saber de su destino.

Tampoco se puede condenar a nadie sin probar nada, porque ni el testimonio de un asesino bastaría si el cadáver del supuesto occiso aparece. Parece que el llanto que se le atribuye a su hijo condenado a 30 años, igual que a los otros cuatro, no es en vano. ¿Por qué la justicia dominicana está actuando en tantos casos como la fementida? ¿Hacia dónde conduce este derrotero que llevamos? Es cierto que el caos no puede ser la regla en la sociedad, porque la estructura social como un todo requiere de cierto orden, como le refutaba nuestro Juan Isidro Jimenes Grullón a Ernesto Sábato, pero porque no captó lo que este último quería trasmitir con su discurso. En realidad, Sábato dejó en sus últimas publicaciones que no creía en el caos o en las tendencias caóticas de la sociedad. Pues bien, el caos no puede ser la regla porque la sociedad requiere  de algún orden para no colapsar, pero en la actualidad parece que hay una tendencia muy marcada al caos. El caos absoluto es la ausencia orden y esto como regla el sistema social como todo ordenado no lo tolera.

La desaparición de Monso parece un asunto de mafia propio de los gánsteres de la cosa nostra y la justicia no ha tenido una respuesta veraz porque no ha aparecido el cuerpo del delito.

 

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