En todo tipo de conflicto, incluyendo la guerra, el diálogo siempre es una opción a considerar. Y lo es porque hasta la retirada se puede negociar. Sólo quienes conocen los efectos de la guerra aprecian el justo valor de la paz. Y el diálogo puede ser la vía para lograrla.
Venezuela no está en guerra, pero vive una crisis profunda en el orden político, económico y social. Y está más complicada aún porque los sectores enfrentados, gobierno y oposición, no han tenido capacidad para dialogar sobre la dinámica interna de su país y porque cada uno parece querer desaparecer al otro.
Lo primero es reconocerse para entenderse y este diálogo en República Dominicana puede ser muy útil para ese entendimiento.