Este sábado 25 de noviembre, se conmemoran 57 años del vil asesinato cometido por el sanguinario y cruel tirano, Rafael Leonidas Trujillo Molina, en contra de las Hermanas Mirabal, sádico hecho por el cual la Organización de las Naciones Unidas proclamó esta fecha como el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, en homenaje a las tres mártires caídas defendiendo la libertad del pueblo dominicano.
Sin embargo, el tiempo y sus resultados deben llevarnos a una reflexión profunda, pues los feminicidios se incrementan, fruto de la cultura machista que prevalece en todas las sociedades latinoamericanas. En nuestro país la violencia contra la mujer se ejerce a diario, y desde iglesias, medios de comunicación, centros de estudios, hogares, barriadas, en la música, o lo que es lo mismo, en toda la vida cotidiana, se maltrata a las hembras, denostándola, despreciándola, agrediéndola despiadadamente física y verbalmente, reproduciendo valores que lo único que hacen es incrementar su golpeo y sufrimiento.
Las cifras que expone la ONU revelan la calamidad por la que atraviesan las mujeres en toda Latinoamérica, resultando un infierno el mundo alrededor de ellas. Es un verdadero pandemonio en el que viven las féminas en Latinoamérica, en donde la muerte y el maltrato las acecha a cada momento. Las estadísticas de la violencia contra la mujer en toda Latinoamérica demuestran que esta manifestación de la cultura machista es un cáncer al que hay que extirpar, pues únicamente produce luto y crímenes, destruyendo hogares y dejando en la orfandad a miles de infantes, que luego pagan social, económica y sicológicamente esta atroz y sanguinaria conducta.
Alrededor de 60,000 mujeres son brutalmente eliminadas cada año en América Latina, y 14 de los 25 países con más alta tasa de feminicidios pertenecen a este continente. Igualmente, la ONU sitúa en 12 mujeres por día, las que pierden la vida a manos del machismo más aberrante y sanguinario en nuestro continente.
Los números de la ONU sobre el flagelo de la violencia en contra de la mujer en toda Latinoamérica son espeluznantes. En Bolivia mataron 104 mujeres durante el año 2015. En Brasil asesinan una mujer cada 6 horas.
Asimismo, durante el año 2015 en Perú exterminaron 10 mujeres por mes. En Chile hubo 45 asesinatos de mujeres, en Nicaragua 53, en Venezuela 75 mujeres, y en Colombia resultaron muertas 145 mujeres como consecuencia de la abyecta violencia machista.
Durante el año 2014 en Costa Rica hubo 14 feminicidios, mientras que en Ecuador perdieron la vida 97 mujeres, en Guatemala 217, y en Panamá 26 asesinatos.
En El Salvador, 14 de cada 100.000 mujeres son asesinadas al año por razones de género. En Honduras, le sucede lo mismo a 11 de cada 100.000. Tan alarmante son las cifras que deben llevar a toda la población a preocuparse por los hechos. En Argentina, durante los primeros 43 días de este año se produjo un total de 57 feminicidios, una de las cifras más altas del área.
En México, hay alrededor de 2.000 muertes violentas de féminas al año. En Paraguay se registraron 24 feminicidios, mientras que en Uruguay fueron asesinadas 22 mujeres durante el año 2016.
La zona del Caribe igualmente presenta cifras aterradoras sobre violencia de género, y está el caso de Puerto Rico en donde en el año 2014 cayeron asesinadas 44 mujeres, mientras que en ese mismo año en la República Dominicana fueron ultimadas 93 féminas.
La cultura machista en que se ha desenvuelto el mundo latinoamericano es una de las causantes de la violencia que a diario origina muerte en estas tierras. Son penosos y abominables los resultados de este mundo que persigue y asesina a las mujeres. Sin embargo, hay muchas otras formas sutiles de violencia que abaten a las féminas, como son: el no permitir que la mujer trabaje. Es violencia igualmente no dejar hacer a una fémina lo que quiere.
Decidámosno de una vez y por todas a erradicar esta conducta criminal generadora de sangre, y que sirva este 25 de noviembre, Día Internacional de la no violencia contra la mujer, para desmontar el andamiaje en donde se sostiene la siniestra y mortífera cultura machista que asesina a nuestras mujeres.