Los obreros locales y del mundo tienen poco que celebrar en este 1 de mayo, fecha en que la comunidad laboral honra a todos los trabajadores tanto formales como informales que se ganan el sustento para subsistir junto a sus familias. Esta festividad se celebra en 80 países, de manera oficial.
Para nadie es un secreto que dentro de las causas principales que hacen que este día luzca gris se encuentra la pandemia del COVID-19 junto al mal manejo que han dado muchos gobiernos a la pandemia mundial que no deja de cobrar vidas en diferentes naciones.
En la República Dominicana, los trabajadores de distintas áreas están viviendo un panorama desolador, hasta en ámbitos tan importantes, en estos momentos de crisis sanitaria, como es el sector salud de donde han sido lanzados a las calles numerosos especialistas con estudios técnicos y profesionales en una gran variedad de disciplinas en el campo de la medicina y otros se mantienen en huelga por reivindicaciones para ese conglomerado.
También profesionales relacionados a instituciones educativas, de la ingeniería, el derecho, informática, agropecuaria, entre muchos otros, han sido desvinculados de entidades públicas y privadas y hoy se suman a los más de 350 mil empleados que han dejado de cotizar y los cuales, en su gran mayoría, aún no reciben sus compensaciones laborales.
Este día debe servir de reflexión a los que constantemente hacen más pesada la carga de los trabajadores con el incremento en sus horarios laborales sin remuneraciones extras como son, por ejemplo, los empleados de supermercados donde las cajeras terminan haciendo trabajos que corresponden a los empacadores para no tener que pagar por ese servicio extra.
También podemos mencionar el trabajo de empleados de los Calls centers, quienes son obligados a laborar, de forma presencial y en sus hogares, horas fueras de los horarios establecidos y sin remuneraciones y lo mismo pasa con diferentes servidores del sector privado y del estatal.
La historia del día de los trabajadores se remonta al año 1886 cuando fueron ejecutados obreros de Estados Unidos, cuyas edades iban desde los 22 a los 55 años, luego de realizar varias huelgas en las que reclamaban mejores condiciones en sus labores. A partir de ese momento se conmemora en el mundo el Día del Trabajador para honrar la memoria de los Mártires de Chicago. Fue instituido por el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional en París en 1889.
El movimiento que lideró Albert Pearsons con más de 80 mil trabajadores hizo que el conflicto se extendiera por otras ciudades y lograron parar a más de 400.000 obreros en un total de 5,000 huelgas de manera simultánea.
Estos trabajadores estaban demandando la reducción de la jornada laboral a 8 horas, como la tenemos hoy, pues solían trabajar hasta 16 horas todos los días y, ante la presión por los paros, el presidente de Estados Unidos, en ese momento, Andrew Johnson, promulgó la ley que llevaba a 8 horas el trabajo diario.
Esperamos que el panorama que envuelve hoy a los trabajadores, de todo el mundo, cambie con mejores condiciones laborales sustanciales, así como, servicios de protección médica tanto para ellos como para sus familias y la compensación económica a los que han sido cancelados en diferentes áreas del ámbito laboral, en nuestro país.
Por: María Hernández