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18 de abril 2024
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OpiniónMaría HernándezMaría Hernández

Día del Padre

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Todos lo disfrutan en la familia, de una u otra forma, con o sin dinero. Un dinamismo inusitado se apodera de las calles cuando se acerca el Día de las Madres, pero no se siente tanta algarabía cuando llega el Día del Padre y así lo dicen los propios papás si se tienen que referir al tema.

No se sabe si es porque lo gastan todo en el mes de mayo. Una de las razones puede ser porque en muchos hogares los padres son los que trabajan, mientras las mujeres dependen de lo que quiera o pueda darle el compañero. En otros casos las jefas de las casas son madres solteras que por una u otra circunstancia se han quedado solas a cuidar a los hijos y tienen que realizar doble función, el trabajo de ama de casa y el de la calle.

La situación se vuelve más crítica si la madre ha quedado con varios hijos e hijas, en algunos casos de padres diferentes y a los que por desconocimiento o miedo no se atreven a exigir la manutención de los hijos.

En ocasiones la madre que queda embarazada debe buscar protección en otro hombre con el que se casa por el compromiso de maternidad que tiene encima y en donde el amor juega un papel secundario.

Es precaria la situación para muchas jóvenes adolescentes que salen embarazadas y tienen que irse a refugiar a la casa de sus padres por el abandono al que han sido sometidas por parte de sus también jóvenes parejas.

En nuestro país, hay mujeres que se niegan a exigirle a sus ex parejas la manutención de los hijos porque desconocen que la Ley 136-03 Código para la Protección de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes les protege de manera efectiva. Esta ley ha sufrido algunas modificaciones a través de la Ley 52-07 sobre la Manutención  la cual obliga al padre a responder ante la justicia si se niega a proveer a sus hijos de los implementos indispensables para su desarrollo, de acuerdo a los expertos.

Hay muchos hombres que cuando terminan con una mujer también se alejan de los niños, como si ellos tuvieran la culpa del fracaso de esa relación.

Los hijos de matrimonios disueltos duran un tiempo para adaptarse a la nueva pareja de su madre y en algunos casos nunca llegan a lograr empatía. Si es una niña tarda más para encariñarse con el nuevo padre y son muchos los casos de violaciones que se han producido, bajo esas uniones matrimoniales nuevas en donde el esposo no es el padre de la menor.

El Ministerio de Educación debe aprovechar todos los escenarios que tiene esa importante institución para concientizar a padres y estudiantes sobre su rol en el hogar y no limitarse a tratar con ellos en reuniones de padres y tutores los cotidianos problemas de clases.

Hacer, por separado, cada 15 días, reuniones de padres y de madres, porque desde hace mucho tiempo las madres son las que van a las reuniones y se nutren de los conocimientos que les ofrecen, lo que no pasa con el padre quien siempre tiene una excusa para no asistir a las reuniones donde siempre va la madre a responder por sus hijos.

Es más penoso el caso para los niños que han perdido a sus padres en hechos violentos y que engrosan cada día la cantidad de huérfanos en nuestro país, de los que nadie se recuerda y a los que incluso los compañeros de estudios intimidan contándole a los demás la razón por la que no tiene padre.

Padre puede ser no solo quien engendra, el padre biológico. Hay casos en que los hijos vienen a conocer a su papá cuando ya están grandes, porque han sido tan poco interesados en sus vástagos que la madre no se atreve a presentarle como tal.

En la República Dominicana, en muchos casos, cuando los padres son muy jóvenes, los hijos terminan criándose bajo el amparo de los abuelos, tíos o tutores con poder económico y moral que se hacen cargo de esos niños.

Hay historias muy tristes de cómo un padre tiene que desprenderse, sin quererlo, de su hijo. Recuerdo que a pocos meses del terremoto de Haití, en 2010, en un hospital traumatológico, de nuestro país, se presentó una difícil situación con un bebé que acababa de nacer y que perdió a su progenitora que había sido traída de ese país a tener a su bebé aquí después de haber resultado herida de gravedad por el derrumbe.

El padre, que tenía otra  niña pequeña, habló con el centro médico para ver si alguien  podía quedarse con la criatura porque él no tenía capacidad para quedarse con el bebé. Ese niño fue acogido por un hogar en donde hacía siete años habían perdido a un hijo de menos de 10 años, en donde es tratado como uno más de la familia y recibe con agrado, la visita de su padre biológico cuando éste lo considera.

Hay todo tipo de padre y de madre, pero un buen papá es el que trata a todos sus hijos con el mismo cariño y consideración y resalta, en cada uno, las cualidades que les pueden ayudar a crecer física y emocionalmente, sin comparaciones de ningún tipo de unos con otros, a menos que sea para ayudarles a crecer.

Por: María Hernández

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