Nunca como ahora resulta tan complejo analizar la sociedad. Ella, como en todos los tiempos, opera con el deseo de su ciudadanía, expresada en sus diferentes sectores, y con los elementos concretos de la realidad. Pero hay un nuevo ingrediente que puede construirse, que influye con verdadera efectividad.
Es un elemento sobre todo comunicacional llamado posverdad o mentira emotiva, y no es más que la distorsión deliberada de la realidad. Es convencer de lo contrario a la realidad y promover decisiones basadas en eso. Esta manipulación se usa con fuerza en las estrategias políticas de gobiernos, partidos y sectores de poder.
2018 será un gran desafío para los partidos políticos camino al 2020.