«Desastres naturales»: frase distorsionada y canonizada por los medios de comunicación

Por José Santana Guzmán viernes 8 de septiembre, 2023
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Aunque el concepto como tal posee validez en muchos contextos, no menos ciento resulta el hecho de que para algunas situaciones, si bien se utiliza, este no aplica. Así lo veremos durante el desarrollo de este escrito argumentativo

En la entrega pasada me referí a un término de uso frecuente o común en los medios de comunicación: el uso erróneo del participio abnegar por anegar. Sin embargo, esta semana continúo en esa misma línea, o sea, con otro término, que, al igual que el referido anteriormente, también es de uso frecuente en esta temporada ciclónica, y el cual ha sido objeto de debates en aulas universitarias, específicamente en el área de Comunicación Socia. Asimismo, antes de entrar en materia veamos primero una definición sucinta del verbo canonizar, de manera que podamos tener una idea esclarecida acerca de lo tratado.

Canonizar:  En la religión católica, declarar solemnemente santo y poner en el catálogo de ellos a un siervo de Dios, ya beatificado, (RAE).

Hecha esta enunciación del verbo canonizar, que, en lingüística se usa para denominar un concepto, frase o enunciación, cuando es insertado por alguna comunidad hablante con cierta influencia social, independientemente de que su uso sea erróneo o no, pero que se hace común en esa lengua debido a esa influencia. Un ejemplo de canonización en lingüística lo encontramos en el pleonasmo «libros de textos». Vista esta breve, pero ilustrada aclaración, pasemos ahora a la justificación de mis argumentos en torno al estado de la cuestión.

La mayoría de las definiciones acerca de la composición gramatical «Desastre natural», giran en torno a que se trata de «…aquellos cambios violentos o repentinos en la dinámica del medio ambiente, cuyas repercusiones pueden causar pérdidas materiales y de vidas, y que son producto de eventos ambientales en los que no se halla presente la mano del ser humano”, como son los terremotos, inundaciones, tsunamis (maremotos), entre otros».

Hecha esta precisión, pasemos revista de inmediato a la definición que describe de manera pertinente nuestro producto gramatical: el fenómeno natural. En ese sentido, empecemos por explicar la frase que, dentro de nuestra cita hemos resaltado o entrecomillado: «…no se halla presente la mano del ser humano».

¿Con qué se come esto? Sencillo. Supongamos que se produce un incendio forestal, producto de una fuerte sequía, o que un terremoto destruya una ciudad, etcétera. En ambos escenarios se encuentra ausente por completo la mano del ser humano. Por consiguiente, no cabe duda de que se trata de, en los dos casos, de verdaderos desastres naturales. Sin embargo, partiendo del escenario del terremoto, y suponiendo que este provoque un maremoto o tsunami, el cual devastara un pueblo muy cercano a las costas del mar, entonces aquí, aunque no se encuentre presente de manera directa la mano del ser humano, sí estaría presente de forma indirecta ya que, se supone que no se deberían levantar asentamientos humanos tan cerca de mares u océanos, debido a esta situación. En consecuencia, en este caso no aplica el concepto desastre natural.

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Vayamos a un segundo escenario imaginario. En este proceso imaginemos el paso de un ciclón, una fuerte tormenta, etc. lo cual genere a su paso inundaciones y devastaciones de asentamientos humanos levantados en bordes de cañadas, ríos, arroyos, etc. ¿tiene la naturaleza la culpa de que estos grupos humanos hayan “invadido” el área que le pertenece a ella? La respuesta a esa interrogante es ¡NO! Por consiguiente, en este segundo escenario, al igual que en el inicial, no cabe el término desastre natural. De manera que, a la hora de calificar cualquier desastre como natural, se debe tomar en cuenta una serie de condiciones que, sin duda, obligan a discernir entre un estado y otro. Siempre tomando en cuenta tanto los entornos como la naturaleza misma del contexto en donde se haya producido la catástrofe.

En definitiva, queda claro aquí, que, existen desastres naturales solo cuando la mano del ser humano no interviene en el mismo, tanto de forma directa como indirecta. Por tanto, en los casos señalados en el segundo escenario imaginario, se trata de desastre puro y simple, por los argumentos expuestos con anterioridad. Independientemente de que el término haya sido canonizado y distorsionado por los diversos medios de comunicación.

Fuente:

https://concepto.de/desastres-naturales/#ixzz8C5Yx8XhP

 

 

 

 

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