Otra vez la República Dominicana, al igual que muchos de los países de la región, está a la defensiva frente a la gran cantidad de lluvias registradas en casi todo el territorio nacional.
Los daños materiales de nuevo han sido cuantiosos; en la agricultura, en la infraestructura y en las viviendas. Y es obvio que en medio de las crecidas de los ríos y cañadas es poco lo que podemos hacer, salvo procurar que las personas se retiren de las zonas peligrosas.
En esto el COE hace una labor extraordinaria. Sin embargo, necesitamos más que eso. Es necesario evitar que las personas sigan ocupando áreas de riesgos y comenzar a sacarlas de esos lugares. Debemos canalizar muchos de nuestros ríos.
Es preciso planificarlo.