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24 de abril 2024
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OpiniónEnrique Aquino AcostaEnrique Aquino Acosta

Decida practicar el amor de Dios con las demás personas

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Vivimos  en una sociedad  que se está convirtiendo en insensible y violenta, y por eso no  valora la vida de sus miembros.

Son muestras  de esa lamentable  realidad  la  cantidad  de mujeres  que  asesinan sus ex parejas, los asaltos y robos a mano armada que ocurren  en todo el país  y la desaparición de  niños, jóvenes, adultos y ancianos.

Estos  hechos delictivos   ocurren mayormente por celos sentimentales,  avaricia, afán de lucro, codicia y  envidia y han  creado un estado de inseguridad  colectiva que no se conocía en nuestro país, razones por las que las autoridades competentes  deben ponerles  más atención y control.

Una parte de la opinión pública  percibe  que los referidos problemas  ocurren porque  algunos miembros de la Policía Nacional,  del Ministerio Público y los jueces  actúan  con negligencia  y  complicidad  con el  crimen organizado.

La otra parte los atribuye  a la  falta de recursos logísticos suficientes  y  a la necesidad de una profunda reforma policial.  Sobre  esta última opinión necesitamos pensar correctamente  y hablar claro, ya que no solo la Policía Nacional necesita  ser reformada, sino,  la totalidad de las instituciones públicas  de nuestro país.

En ese sentido, necesitamos  conocer y aplicar las  instrucciones que nos da  Dios  en el  orden económico, político, social y espiritual.

En el área  económica,  Dios  sugiere que cada dominicano o dominicana se mantenga con el sudor de su frente y  si se niega  a hacerlo que tampoco coma de lo que producen  los demás, ya que  ÉL no promueve ni permite la vagancia (Génesis 3:19 y 2 Tesalonicenses 3:10)

De igual modo, Dios sugiere que ningún dominicano o dominicana  obtenga  ganancias  o riquezas deshonestas, o sea, adquiridas mediante  actos de corrupción como el fraude, la falsificación,  el robo  del dinero público,  la extorsión y  el tráfico de influencias.

Por eso, Dios sugiere a los jueces  hacer justicia  para que no declaren inocente al culpable ni  culpable al inocente  cuando  haya  acusación por asesinato, homicidio, robo, violación sexual u otro delito (Nahúm 1:9)

Con respecto a las relaciones sexuales, Dios sugiere el matrimonio entre un hombre y una mujer, debido a que prohíbe las prácticas  de  la homosexualidad y el lesbianismo (Génesis 1:27-28)

Y  sugiere a los funcionarios públicos gobernar sin conceder privilegios  a  los familiares y  los  amigos para que no perjudiquen al pueblo que los eligió para que les sirvan.   .

Con respecto al área espiritual, Dios sugiere que toda alabanza, adoración, honra y  gloria  se dé exclusivamente para ÉL.  Y ojala  los idólatras de nuestro país lo entendieran y lo hicieran.

Dios sugiere finalmente,  que  mostremos interés por conocer su infinito y eterno amor, el cual consiste en sufrir y compadecerse de las demás personas, en no envidiar,  en no ser jactanciosos  y en no  envanecernos.

El amor de Dios consiste también  en no ser egoístas,  en soportar a las demás personas como son, en no irritarnos con ellas, en no guardarles rencor, en no cometer injusticias contra ellas, en hablarles siempre la verdad y  en conocer y  tener fe en la palabra de Dios y  esperar el cumplimiento de sus promesas (1Corintios 13:4-8)

Por tanto, decida conocer, creer, sentir y practicar el amor de Dios  con las demás personas, dentro de su hogar, en la iglesia, en la escuela, en el trabajo  y  en las calles. Si hace eso  agradará  a Dios  y  a su prójimo. Además, tendrá como bendiciones, la comprensión, armonía, respeto y  paz  que necesita como miembro de la familia humana.

 

Por Enrique Aquino

 

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