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20 de abril 2024
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OpiniónFrancisco S. CruzFrancisco S. Cruz

De política, ciencia, pandemia y candidatos

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En la década de los años ochenta, si no me equivoco, el Prof. Juan Bosch suscitó toda una polémica en el mundo del arte o de la farándula al sostener que el “guirero” no era músico porque, decía el político, escritor y cientista social, que el güirero no tenía que leer ninguna partitura o nota para ejecutar su instrumento -la güira-. A esa opinión del Prof. Juan Bosch se sumaron, creo, algunos músicos, cantantes, merengueros y periodistas de farándula; mientras que el único músico que pudo aclarar o contextualizar el asunto en que Bosch dijo lo que dijo fue Wilfrido Vargas: que el güirero, aunque no era músico, si lo era de oídas, pues no todo el mundo podía tocar la güira y marcar el ritmo –aclaró, luego, el mismo Bosch, entrevistado por Wilfrido-.

No hay lógica, pues, si partimos de un criterio estrictamente musical-conceptual, decir que el güirero es músico –tal como sostenía Bosch-; sin embargo y contradictoriamente, no hay forma de tocar tocar un merengue típico sin güira, tambora y acordeón, ¿cierto?

Traje la antesala pre-ambular, para recrear lo que está pasando con la actual pandemia del coronavirus y ciertos líderes-candidatos que, sin ser médicos o médicos epidemiólogos, andan por ahí recentando y dando cátedras publicas de cómo enfrentar y “conjurar” la pandemia que azota el mundo, sin reparar que ya todos vivimos en una aldea global –por la magia de la tecno-información y las redes sociales, muy a pesar de la desinformación y manipulación sobre el tema-, y sabemos cómo hasta en los países altamente desarrollados los sistemas sanitarios han, más o menos, colapsados (Estados Unidos, Italia, España, entre otros) o puesto en crisis por los miles de contagiados, enfermos o muertos que los centros hospitalarios no han podido tratar o atender con la debida o adecuada  asistencia o cobertura médica-forense, sino en carpas-extensiones hospitalarias y hasta en las vías públicas suministrando test-diagnóstico rápido (o hablando de frías estadísticas -en fosas comunes-).

Tal “rol” -médico-científico- de algunos de nuestros líderes-candidatos no esta tan lejos de ese subdesarrollo político del que tanto habló y explicó el Prof. Juan Bosch, pues solo un afán de protagonismo mediático y de politiquería barata podría explicar que, en medio de una pandemia global, políticos oposicionistas estén recomendando políticas públicas o de combate al virus cuando lo que deberían hacer es, mínimo, dos cosas: a) ponerse –visitando al jefe de estado- a la disposición para lo que puedan ser útil y b) ofrecer, como se ofreció y no se cumplió, los profesionales de la salud, de sus partidos, a disposición del ministerio de salud pública para que juntos planifiquen y coordinen acciones de mitigación y ayuda ante la gravedad de la crisis. Pero no, primero, descalifican al gobierno; luego critican, denuncian –en todo su derecho cívico-constitucional-; y, finalmente, condicionan porque hay que convocarlos –o celebrar una cumbre- para buscarle una respuesta dizque más acertada o adecuada a la pandemia porque no se está haciendo nada bien.

Ante semejante “oferta-contribución” de la oposición, el Presidente, en su más reciente alocución a la nación -anoche-, le respondió con fina y elegante cortesía política: les dio las gracia, ¡a todos los partidos!, por su desprendimiento y ayuda, pues a fin de cuentas, infiero yo, el buen o mal manejo de la pandemia siempre será del gobierno y no de la oposición que siempre la usará como arma política, y más en tiempos de campaña electoral, por mas altruismo que quieran exhibir.

Alguien, creo, una asesora médica, dijo hace poco -en la cadena hispana Univisión-, con toda razón, que la canciller de Alemania, Angela Merkel –PhD-Química, estaba manejando bien la crisis sanitaria, pues, además de política es científica. En el caso nuestro, no hay ni un sólo líder-candidato científico; no obstante ello no es óbice para que, diariamente, nos den cátedras y recomendaciones de cómo conjurar o paliar la pandemia con tan poca memoria que algunos obvian, seguro adrede, que fueron presidente y otros, de menor cuantía, ministros o directores de dependencias y, que, a pesar de sus pasos por la administración pública, seguimos arrastrando falencias históricas-estructurales que el actual Presidente ha sido el único en ponerlas en el centro de la agenda programática -de prioridades nacionales- de la gestión pública desde el 2012 hasta la fecha.

Por todo ello, solo nos resta concluir: ¡Que liderazgo oposicionista nos gastamos que, además de sabelotodo, sufre de amnesia! ¡Uf!

Por Francisco S. Cruz

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