Hasta Andrés Manuel LópezObrador
Al parecer se cumple un siclo muy significativo para la humanidad, Iván Duque y Andrés Manuel López Obrador. Polos circunstancialmente opuestos que una casualidad inequívoca premonitoria lo establece como parte destino de un ordenamiento al universo. López Obrador con la bandera del orden, de la paz y una verdad humana que nace de su mirada, el otro con la bandera de la vergüenza encarnada en sus propias palabras quien se desvincula de una propia personalidad visionaria.
Por siglos el México de López Obrador ha tenido que soportar el destierro de sus propios ciudadanos al Norte que no es de ellos; por el contrario,Iván de Colombia se aferra al continuismo de una retórica que no ha dado resultado en el ordenamiento de una Colombia que está harta de tanta infidelidad política. Colombia, como país, ha tenido gobernantes inservibles que no han encontrado su propia personalidad jurídica sin la dirección del Norte.
Desde ya podemos anotar, en nuestra libreta de consulta, el fracaso de un recién presidente electo; sus declaraciones inmediatas, sus cantinfladas y forma de asumir una responsabilidad de personalidad con su propia historia, lo marcan como uno más.
A estas alturas necesitamos políticos que asuman una responsabilidad social colectiva, por eso apostamos que el México de hoy empieza una nueva historia, mientras que Álvaro Uribe seguirá unido a una imposición mafiosa que hace muchos años hace sombra al progreso de una sufrida Colombia. Pero bien, un presidente tiene la oportunidad de desafiar mafias protectoras de corrupción, eso no ha pasado en Colombia-, señal que plasma seria López Obrador, con una visión coherente reveladora de entusiasmo.
Colombia y México no podrían sobrevivir fuera de esa potente y exigente democracia, tan personal e imponente donde la debilidad de nuestros gobernantes les pone de forma irremediable al servicio del Norte. Creemos que, al integrarnos a este nuevo siclo del universo, dando seguimiento a nuestras autoridades políticas en todos los órdenes, lo debemos hacer con responsabilidad colectiva y con el coraje que demuestra un AndrésLópez Obrador, eso le falta a Iván Duque.
Por Román Polanco