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24 de abril 2024
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OpiniónJuan Tomás TaverasJuan Tomás Taveras

De falsos profetas a falsos patriotas

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“Un mejor futuro comienza ahora con la decisión firme de ser mejor persona y aportar al bien común y la justicia social”

Los falsos profetas, al igual que los falsos patriotas, son como “el regalo envenenado”. Son miles las nécdotas que a través de la historia narran la traición y el engaño que afectan tanto a personas como a sociedades enteras, incluyendo a gobernantes, funcionarios, políticos, religiosos, comunicadores, empresarios, intelectuales, comunitarios o representantes de ONG que predican o promueven el bien común como pantalla simuladora para alcanzar poder, robar, buscar el lucro desmedido, matar, destruir y dañar con impunidad o sin consecuencias. Son los falsos profetas que han existido siempre y cual bruja o reina malvada su verdadero objetivo es envenenar a Blanca Nieves, quien viene a representar a todo el que tenga méritos y valores humanos.

Esos falsos profetas existen en todas partes, en las instituciones públicas y privadas, en organismos nacionales e internacionales y hasta en las familias.

En muchas ocasiones, cuanto mayor “prestigio” tengan esos organismos, más oscuros son, pues lavan recursos sucios  para evadir impuestos y para cubrir la fachada de un negocio ilícito, casi siempre contrario a lo que representa.

Parafraseando al Ché, debemos estar claros en que así como «la revolución es algo que se lleva en el alma y no en la boca para vivir de ella», la vocación de servicio y el amor al prójimo también se lleva en el alma y no en la boca, ni en las escrituras ni en las poses simbólicas.

“Podrán morir las personas, pero jamás sus ideas.” “Recuerden que el eslabón más alto que puede alcanzar la especie humana es ser revolucionario.” (El Ché).

En los tiempos de las guerras de independencia y de la restauración Francisco del Rosario Sánchez afirmaba «todavía hay patria», pero hoy cabría preguntarse ¿todavía hay patria…? Mientras, según Gregorio Luperón, “el que pretende acabar con la revolución matando a los revolucionarios es como el que piensa que puede apagar la luz del sol sacándose los ojos”.

Que las palomas disparen a las escopetas y que las políticas del Estado estén al revés y sin consecuencia alguna solo es posible en la República Dominicana. Es urgente el respeto a la meritocracia como redireccionamiento de la administración pública y el fortalecimiento de la institucionalidad.

Visto así, cabe un llamado de atención a los sectores organizados que están hartos de los falsos profetas que cada día envenenan la patria y la política, pues son esos los que están contaminando y boicoteando el surgimiento de un proyecto de nación de hombres y mujeres interesados y comprometidos en rescatar la patria. Esos falsos profetas o patriotas de bolsillo solo buscan intereses particulares y han negociado con los grupos de poder y la mafia peledeista para distraer y desviar la atención de la verdadera problemática social que tiene jodido al pueblo y mancillada nuestra soberanía.

Esos personajes logran la confianza de personas ingenuas que no están interesados en la política pero sí están preocupados por la patria, magnificando el problema haitiano y encerrando en un círculo vicioso de entretenimiento el problema migratorio, que aunque sí constituye un verdadero problema la gran cantidad de  ilegales ocupando camas en los hospitales y puestos de trabajos que corresponden a los dominicanos, ellos no son los culpables sino parte del problema, pues quienes  provocan el desorden migratorio y de haitianización son las autoridades políticas corruptas que abren la frontera y no protegen los espacios aéreos, marítimos y terrestres, facilitando la entrada de drogas, armas, terroristas, criminales internacionales, enfermedades y epidemias que ponen en riesgo la salud pública y amenazan la soberanía del país. Todo eso luce como un plan orquestado para ocupar la atención del pueblo defendiéndose de todos sus problemas y sobreviviendo de la violencia y el crimen.

Cabe citar el versículo Juan 8:32 que está en el centro del escudo de nuestra bandera: “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. Aunque algunos amigos me sugieren no enfocarme en los problemas, tengo que hacerlo para poder plantear soluciones, y uno de los problemas más graves del país son los falsos patriotas, aquellos de doble moral.

Dios les bendiga siempre. Todo por la patria.

*El autor es aspirante presidencial independiente, mayor general retirado PN, periodista, activista social, miembro fundador y vocero de la Asociación de Policías y Militares Activos y Jubilados Dominicanos, APODOM, Pro Dignidad y Derechos. Incluye a todos los veteranos.

Por: Juan Tomás Taveras

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