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23 de abril 2024
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David Ortiz, un bate hecho para momentos grandes

David Ortiz, un bate hecho para momentos grandes
David Ortiz fue distinguido con “el bateador más ‘clutch’ en la historia de los Medias Rojas”.
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Fue distinguido con “el bateador más ‘clutch’ en la historia de los Medias Rojas”

EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- En su carrera en las Grandes Ligas, el dominicano David Ortiz recolectó una cantidad enorme de estadísticas dignas del inmortal del béisbol que es, pero al señalar esa gloriosa trayectoria, la marca de fábrica que identifica su juego fue la forma en la que respondió en los momentos donde el éxito o fracaso de su equipo dependía de su respuesta con el madero.

Cuando se acerca la ceremonia de exaltación al Salón de la Fama del béisbol de las Grandes Ligas, misma que contará con la cobertura de El Nuevo Diario, nos imaginamos a Ortiz sentarse y mirar hacia atrás, esos turnos de presión donde demostró que era el indicado para mantener “el tren en movimiento”, como el mismo lo afirmó al conquistar el título de la Serie Mundial en 2013.

«Sé que soy una de las potencias para este juego y me gusta tomar las cosas de manera personal. Así ha sido toda mi carrera, un reto. Yo no trataba de ser el hombre, pero sabía que tenía que hacer algo para mantener el tren en movimiento” expresó Ortiz tras el sexto juego de esa Serie Mundial, en la que los Medias Rojas de Boston conquistaron el título ante los Cardenales de San Luis.

En esa contienda por el campeonato de las Grandes Ligas, David tuvo una histórica actuación en la que logró un promedio de bateo .688 (16-11) con dos jonrones, mientras promedió una carrera empujada y una anotada por partido, al concluir con seis en cada uno de estos dos renglones, quedándose con el premio al Jugador Más Valioso.

Y es que la verdad es que el “Big Papi”, como es conocido Ortiz, fue una máquina de producción en la postemporada, donde cada imparable, cada carrera anotada y cada vuelta empujada cuenta, ya que todo es necesario para ganar.

En esta etapa, en la que según el argot popular “se separan los niños de los hombres”, Ortiz compiló un promedio de bateo de .289, mandó 17 pelotas por encima de la verja y llevó 61 vueltas al plato en 85 partidos, cargando a los Medias Rojas a tres campeonatos de la Serie Mundial.

Sus batazos ganadores contra los Atléticos de Oakland, Angelinos de Los Ángeles, Yanquis de Nueva York o Tigres de Detroit (con un grand slam con el que se llevó detrás de la pared a Torii Hunter) por mencionar solo algunos, engrosan un legado de grandeza que traspasa los tiempos y que muestra cuan determinante fue contar con su bate en la postemporada.

Con el madero en las manos, Ortiz hizo de los Medias Rojas un equipo ganador en la Serie Mundial, como lo muestra su promedio de bateo de .455, con tres jonrones, 14 anotadas y 14 remolcadas en 14 partidos (logrando promedio de una anotada y una impulsada por desafío).

El dueño de los Medias Rojas, Jon Henry, entregó en el año 2005, al poderoso bateador dominicano, una placa de reconocimiento con la inscripción, “El bateador más ‘clutch’ en la historia de los Medias Rojas de Boston, David Ortiz, Nro. 34”, un reconocimiento que definitivamente se apegó a lo que había hecho hasta ese momento y que tomo aún más fuerza con lo que hizo en el resto de su carrera por la franquicia del Este de la Liga Americana.

Resumen diario de noticias

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Aunque la postemporada, indudablemente, fue una etapa de éxito y gloria para el “Big Papi”, su actuación en la serie regular de las Grandes Ligas fue igual de determinante.

Letal en temporada regular

Ortiz, quien en su carrera fletó 541 cuadrangulares, fue una verdadera pesadilla para sus rivales en condiciones de producir carreras para su equipo.

Con gente en posición anotadora, David obtuvo un promedio de .295, con 122 vuelacercas y 1,158 carreras producidas en su carrera de 20 años.

En las ocasiones que se presentó al bate con las bases llenas David respondió para promedio de .352 (202-71) con 11 jonrones y 214 carreras empujadas.

Lo grandeza de la actuación de Ortiz con las bases llenas (tres corredores en circulación) es seis de esos jonrones llegaron luego de dos outs, lo que constituye un 54% de las veces que mandó la pelota fuera del parque con los “sacos llenos”.

Tener a David de frente en esta situación era una verdadera pesadilla, ya que 53% de sus batazos (71-38) con las almohadillas repletas fueron extrabases (26 dobles, un triple y 11 jonrones), lo que le garantizaba a su equipo por lo menos dos carreras en el marcador.

Tan letal y definitivo fue el paso de David en las Grandes Ligas, que 154 de sus jonrones y 483 de sus remolcadas llegaron con el marcador igualado, por lo que constituyeron la ventaja para su equipo.

En las entradas que van desde la séptima hasta la novena, que generalmente definen los juegos cerrados o con ventajas mínimas, David desapareció 128 pelotas del parque y produjo 439 carreras.

El legado del “Big Papi” está ahí marcado por la grandeza con la que respondió en el momento que su equipo necesitó de una victoria que saliera de su bate.

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