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19 de abril 2024
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OpiniónFernando PeñaFernando Peña

Danilo Medina, el Departamento de Estado de EEUU y Odebrecht

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Todo indica que bajo el mandato de Trump cambiara la relevancia estratégica de Estados Unidos hacia América Latina.

La Política exterior de Estados Unidos para América Latina, desde los ochenta, se ha dirigido fundamentalmente entre pilares: Libre comercio, democracia y gobernanza-seguridad.

Desde presidentes republicanos como Ronald Reagan, George H. W. Bush y George W. Bush y demócratas como Bill Clinton y Barack Obama, las administraciones de los EE. UU. han apoyado estas tres áreas, aunque con enfoques ligeramente distintos.

Se dice que teniendo en cuenta el lema que presidió la campaña electoral de Trump “América Primero”, la política exterior de esta administración con respecto a América Latina se verá afectada por determinadas posturas sobre los temas que EE. UU.

 América Latina será prioridad para la administración de Trump.

Los intereses geoestratégicos de los Estados Unidos han cambiado, se siente ahora más con su actitud respecto a gobiernos, países y líderes donde han provocado acciones negativas contra ellos.

Claro, este cambio no es de ahora de parte de Estados Unidos, esto viene desde la caída del muro de Berlín que provocó un cambio en los intereses geoestratégicos mundiales de los Estados Unidos y, tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.

Desde ahí Estados Unidos se descuidó respecto a América Latina, dejando de ser una prioridad en la política extranjera de su vecino del norte.

 El expresidente George W. Bush comenzó su mandato en el año 2000 con claras intenciones de afianzar los lazos con la región. Como símbolo de su propósito, se invitó al expresidente mexicano, Vicente Fox, a visitar la Casa Blanca antes que a sus homólogos europeos o a su homólogo canadiense.

Durante las ceremonias de bienvenida, Bush declaró que EE. UU. “no tenía relaciones más importantes en el mundo” que las que mantenía con México, un comentario que normalmente se asociaba más al Reino Unido.

No obstante, los atentados terroristas en territorio estadounidense, que provocaron guerras en Afganistán e Irak, la batalla con al-Qaeda y el enfrentamiento con Irán, cambiaron el foco de su política exterior.

Por su lado, el presidente Obama relegó la región a un segundo plano desde el principio, en gran parte debido a algunos de los motivos geoestratégicos ya mencionados previamente.

Además, su propia iniciativa de política exterior se centró en un giro estratégico hacia Asia, especialmente con una China en rápido crecimiento, así como en alcanzar un acuerdo nuclear con Irán.

Su polémica relación con Vladimir Putin, a quien inicialmente intentó apaciguar erróneamente, y el auge del ISIS en Siria e Irak le mantuvieron ocupado en lo que respecta a la política exterior.

Los vecinos del sur de los EE. UU. quedaron relegados a un segundo plano durante su presidencia.

Pero ya es diferente. La intervención se observa.

El Subsecretario de Estado de EEUU John Sullivan ha expresado que “El gobierno del Presidente Trump reconoce la enorme importancia de nuestros vecinos en las Américas en la construcción de prosperidad a largo plazo para Estados Unidos. Nuestras alianzas en el Hemisferio Occidental son vitales para nuestra competitividad económica y son esenciales para nuestra capacidad de resolver retos transnacionales y asegurar la estabilidad en la región”.

Afirmando que “La prosperidad duradera y la seguridad colectiva también requieren instituciones democráticas efectivas que den resultados a su pueblo, brinden oportunidades económicas y sociales y salvaguarden la seguridad de los ciudadanos”.

Ha proclamado el Subsecretario de Estado de EEUU que “El gobierno del presidente Trump está comprometido a trabajar con nuestros socios en las Américas para derrotar a las organizaciones criminales transnacionales, mantener a nuestros países libres de drogas y poner fin a la violencia, la venta de armas ilegales y la trata de personas que son subproductos letales del narcotráfico.”

Sobre Venezuela ha dicho “Las naciones miembros de la OEA están fomentando cada vez más el acuerdo, para ayudar a Venezuela a encontrar una solución pacífica, democrática y comprensiva a sus problemas actuales y exigiendo que su gobierno explique sus abusos. Todos nos hemos alarmado por el dramático deterioro del gobierno democrático en Venezuela y por la violencia y el colapso de las normas civiles que lo han acompañado. En nombre de los Estados Unidos, le decimos al pueblo venezolano que su causa no se olvida. Estamos con ustedes en sus aspiraciones de recuperar una sociedad que garantice los derechos civiles y la expresión política”.

Venezuela solo es un pasaje del interés de EEUU, tras la divulgación de la acusación de fiscales en Estados Unidos contra la constructora Odebrecht, en el proceso que culminó con la declaración de culpabilidad de la empresa y el pago de multas por USD 2.600 millones, la situación ha cambiado para gobiernos, países, presidentes y lideres mundiales y del hemisferio.

El Departamento de Justicia de los Estados Unidos está en toda esta trama, incluso gobiernos y presidentes han ofrecido su colaboración y les han solicitado toda la información que involucre a funcionarios y/o contratos en sus países.

Los datos ofrecidos por la Corte del Distrito Este de Nueva York, donde se radicó la denuncia, la constructora brasileña pagó millones y millones de dólares a funcionarios de diferentes países en sobornos desde el 2009-2014

La Corte del Distrito Este de Nueva York realizó una acusación sobre la compañía brasileña Odebrecht, que pagó por influencia en Angola, Argentina, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú y Venezuela decenas de millones de dólares.

Es una trama de corrupción destapadas con fines claros y específicos que llega a todo el mundo y especialmente a varios países de América Latina.

Sólo en Brasil la compañía desembolsó 349 millones de dólares en sobornos y logró ganancias por 1900 millones.

República Dominicana

Entre 2001 y 2014 la compañía brasileña entregó 92 millones de dólares en sobornos a funcionarios de gobierno e intermediarios que trabaja en nombre de éstos. Las ganancias reportadas por estos negocios fueron de 163 millones de dólares.

A través de estos pagos hechos por medio de la DOE Doebrecht pudo influir en el presupuesto y las finanzas para ciertos proyectos del gobierno dominicano.

El Departamento de Estados de Estados Unidos no esta contento con el gobierno dominicano y su presidente Danilo Medina.

Primero, por su intervención en el conflicto de Venezuela, donde EEUU ha manifestado una posición clara y República Dominicana no le ha apoyado.

Al respecto, el Subsecretario de Estado de EEUU John Sullivan ha dicho que “El Gobierno de Venezuela debe entender que los intentos de silenciar las voces de sus ciudadanos no impedirán que otros por todo el mundo hablen por ellos. Estados Unidos se une a sus socios en la OEA para instar al Gobierno venezolano a cumplir con los compromisos contraídos en virtud de la Carta de la OEA”.

Agregando que “. Estos compromisos incluyen la celebración de elecciones libres, el respeto de la independencia de la Asamblea Nacional, la liberación de todos los presos políticos de Venezuela y la atención directa a las necesidades humanitarias del pueblo venezolano. En consonancia con el espíritu de la Carta Democrática Interamericana, nuestro objetivo sigue siendo el retorno al pleno respeto del estado de derecho y al pleno respeto a las libertades de expresión política y de participación en Venezuela”.

Pero, además, Estados Unidos sostiene que Republica Dominicana es un socio privilegiado de ese gobierno y que hacia la nación dominicana llegan y han llegado miles de millones de dólares proveniente de funcionarios de esa nación.

Y sobre la estrategia diseñada por EEUU en el caso de Odebrecht, entienden que no han recibido la colaboración ni aceptado las directrices de ellos, haciendo en dominicana selecciones de los involucrados, dejando a fuera a individuos y políticos del gobierno y de la oposición que deberían ser encausado dentro de su óptica.

Además, enrostra EEUU que el proceso de electoral y democrático ha sido muy viciado para lograr el PLD su permanencia en el Poder.

Plantean la salida ya del PLD del gobierno, no quieren ni un día más, apuestan a su salida en el 2020.

Subvencionan y apoyan los movimientos de resistencia en el denominado Colectivo Verde y otras instancias opositoras a Danilo Medina y el PLD.

Pero, tienen de frente el audaz liderazgo del presidente Danilo Medina, que ha sabido sortean todas esas situaciones, mantiene un apoyo inusitado a su figura y su gobierno, viendo incluso debilitar esos movimientos y observando una división de los opositores.

Habría que ver hasta donde llegara Estados Unidos con esas presiones.

Porque en Republica Dominicana hay una estabilidad y una economía en auge, no hay crisis económica ni política, y a pesar de los informes de organismos de EEUU tiene unos niveles de seguridad mejor que todos los países del área.

Al extremo que República Dominicana es el refugio de ciudadanos de todos los niveles de países del hemisferio que salen de esas naciones buscando estabilidad y trabajo.

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