La Constitución dominicana establece en su artículo 90, que el 16 de agosto de cada año el Senado y la Cámara de Diputados elegirán sus respectivos bufetes directivos, integrados por un presidente, un vicepresidente y dos secretarios, dando inicio de esa manera a la segunda legislatura ordinaria.
Con miras a esa fecha tradicionalmente los partidos mayoritarios elaboran sus planchas con los nombres de los legisladores que deberían dirigir las cámaras, aunque regularmente esto se hace con un consenso previo que debe ser respetado tanto por los senadores como por los diputados.
Pero ahora la elección del bufete directivo en la Cámara de Diputados está bajo la incertidumbre porque no se sabe a ciencia cierta si el presidente Danilo Medina y sus seguidores honrarán el denominado Pacto de Juan Dolio, firmado el 28 de mayo del 2015, que establece la alternabilidad en las cámaras legislativas.
Recordamos que la senadora Cristina Lizardo fue electa presidenta de esa cámara el 16 de agosto de 2016 y Reinaldo Pared Pérez lleva dos años al frente de ese bufete y se perfila para un tercer período debido a que el danilismo controla absolutamente ese organismo, contrario a lo que sucede en la Cámara de Diputados.
En la Cámara de Diputados la alternabilidad en la presidencia del bufete directivo dio inicio con la escogencia de Lucía Medina, hermana del presidente de la República, quien fue sustituida por el diputado leonelista Rubén Maldonado y luego el danilista Radhamés Camacho, pero ahora si se cumple el acuerdo le toca el turno para dirigir los destinos de la Cámara Baja al legislador Demóstenes Martínez, quien pertenece a la corriente del expresidente Leonel Fernández.
El Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), deberá reunirse este lunes o en los próximos días, a pesar de la crisis interna que sacude esa organización, para tratar el tema de la elección de los bufetes directivos de las cámaras legislativas, aunque voces agoreras del danilismo están propagando la especie de que el acuerdo de alternabilidad en la Cámara de Diputados no se cumplirá con el diputado Demóstenes Martínez.
Los seguidores del presidente Medina, dentro y fuera del PLD, perdieron la primera batalla en su intento de reformar la Constitución para habilitar la reelección presidencial del gobernante, rechazada por más del 80 por ciento de la población, pero esto no debe ser motivo para la retaliación enfermiza que pueda ahondar más la crisis interna del partido gobernante.
La unidad del PLD, ya maltrecha, volverá a pasar una nueva prueba dentro de unos días, cuando el 16 de agosto corresponda la escogencia de los bufetes directivos de las cámaras legislativas, a propósito de la instalación de la legislatura ordinaria para el siguiente y último período de este cuatrienio.
Según el orden establecido en el referido acuerdo de los 15 puntos, corresponde al diputado Demóstenes Martínez, leal al sector Leonel Fernández, presidir la Cámara Baja a partir del próximo 16 de agosto, pero hay incertidumbre, justificada o no, de que el compromiso sea honrado.
La duda radica en un temor: La eventual persistencia del danilismo en aprestos para intentar la “vapuleada” reforma constitucional, esta vez para habilitar al presidente Medina, contra quien pesa un transitorio en la Carta Magna de que “nunca jamás” podrá presentarse como candidato a la presidencia de la República.
Creemos que lo pasado es pasado y Danilo Medina y sus seguidores deben honrar el compromiso de la alternabilidad en el bufete de la Cámara de Diputados para que Demóstenes Martínez sea su presidente, y de esa manera iniciar un proceso de diálogo que permita que las aguas vuelvan a su nivel por la unidad del PLD.
El diputado Demóstenes Martínez, oriundo de Santiago, no es un desconocido en el PLD, ya que comenzó a militar en ese partido en 1989 ocupando varios cargos públicos, entre ellos regidor. Pero además es abogado y periodista graduado en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Faltando apenas siete meses para las elecciones municipales y 10 meses para las presidenciales, no creemos que el presidente Medina y el expresidente Fernández, y los seguidores de ambos, continúen la lucha agrietando más al PLD, que lo único que podría dejar como resultado es la derrota de ese partido en los comicios de mayo de 2020. Hay un refrán que dice que “no es lo mismo llamar al diablo que verlo llegar”.
Por qué intentar desconocer el acuerdo de alternabilidad y regatearle el derecho a Demóstenes Martínez de presidir la Cámara de Diputados a partir del próximo 16 de este mes, o es que los danilistas no se han sentado a pensar que con una acción de esa naturaleza se profundizaría la crisis y llevaría al PLD al despeñadero en las elecciones de 2020, pero el Comité Político tiene la última palabra.