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19 de abril 2024
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OpiniónJosé Santana GuzmánJosé Santana Guzmán

Cultura, literatura, lenguaje e ideología

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El escritor Raymond Williams, en su libro titulado Marxismo y literatura, publicado en el año 1977, esboza de forma magistral los conceptos cultura, lenguaje, literatura e ideología; los cuales resultan de vital importancia para el estudio y comprensión plena de los textos literarios en sentido general. Por tanto, en lo sucesivo veremos cada uno de ellos a modo de resumen desde la perspectiva de este autor:

Cultura: Para Williams, este concepto funde y confunde a la vez las tendencias y experiencias radicalmente diferentes presentes en formación… Por consiguiente, el autor asegura que el concepto de “cultura” cuando es observado dentro del contexto más amplio del desarrollo histórico, ejerce una fuerte presión sobre los términos limitado de todos los demás conceptos. Añade que, esta es siempre su ventaja; asimismo, dice, siempre la fuente de sus dificultades, tanto en lo que se refiere a su diferenciación como a su comprensión.

Considera que, hasta el siglo XVIII todavía era el nombre de un proceso; la cultura de algo, de la tierra, de los animales, de la mente. Los cambios decisivos experimentados por la “sociedad” y la “economía” habían comenzado antes, en las postrimerías del siglo XVI y durante el siglo XVII; gran parte de su desarrollo esencial se completó antes de que la “cultura” incluyera sus nuevos y evasivos significados.

En consecuencia, para el autor, “civilización” y “cultura” (especialmente en la fase común, originaria, en que se denominaban, “cultivo”) eran, en efecto, durante las postrimerías del siglo XVIII, términos intercambiables. Cada uno de ellos llevaba consigo el problemático doble sentido de un estado realizado y de un estado del desarrollo realizado.

Su divergencia eventual posee numerosas causas. En primer lugar, existía el ataque a la “civilización” acusada de superficial; un estado “artificial”; el cultivo de las propiedades “externas” –la urbanidad y el lujo– en oposición a necesidades e impulsos más “humanos”. Este ataque, a partir de Rousseau y a través de todo el movimiento romántico, fue la base para un importante sentido alternativo de la “cultura”, considerada como un proceso de desarrollo “interior” o “espiritual” en oposición a un desarrollo “exterior” …

La “cultura” –considerada como un proceso general del desarrollo “interior”– se extendió a fin de incluir un sentido descriptivo o de los medios y productos de ese desarrollo; es decir, la “cultura” como clasificación general de “las artes” la religión, las instituciones y las prácticas de los significados y los valores. Sus relaciones con la “sociedad” eran entonces problemáticas… dice el autor.

El lenguaje: El lenguaje, dice Williams, como modo de indicar la realidad podría ser estudiado como la lógica. Apunta, además, que el lenguaje (la lengua), en tanto es considerado un segmento accesible de la realidad, especialmente en las formas establecidas, fijas, de la escritura, podría ser estudiado como la gramática en el sentido de su perfil formal y “externo”. Finalmente, dentro de la distinción entre lenguaje y realidad, el lenguaje podría ser entendido como un instrumento utilizado por los hombres (el ser humano) para propósitos específicos y discernibles, y estos podrían ser estudiados en la retórica y en la poética asociado a ella.

Literatura: Con relación a este tercer concepto, el cual el autor considera, que, relativamente comprender la “literatura” como concepto en uso corriente, no parece ser más que una descripción específica; y lo que se describe es, entonces, como regla, tan altamente evaluado que se produce una transferencia verdaderamente inmediata y desaparecida de los valores específicos de los trabajos particulares y de los tipos de trabajos respecto de los cuales opera como concepto.

En consecuencia, según este autor, en su forma moderna, el concepto de “literatura” no surgió antes del siglo XVIII y no fue plenamente desarrollado hasta el siglo XIX. Sin embargo, las condiciones de su surgimiento desde la época del Renacimiento; la palabra misma comenzó a ser utilizada por los ingleses en el siglo XVI, a continuación de sus precedentes franceses y latinos; su raíz fue el término latino littera, letra del alfabeto, litterature, según su ortografía corriente originaria, fue efectivamente una condición de la lectura; de ser capaz de leer y de haber leído. A menudo se aproximó al sentido del alfabetismo, (literacy) moderno, que no se incluyó en el lenguaje hasta las postrimerías del siglo XIX; su introducción se hizo necesaria en parte por el movimiento que experimentó la literatura hacia un sentido diferente.

Según Williams, la literatura perdió su sentido originario como capacidad de lectura y experiencia y se convirtió en una categoría aparentemente objetiva de libros impresos de cierta calidad. Los intereses de un “editor literario” o de un “suplemento literario” todavía serían definidos de este modo.

Ideología: Según este autor, el concepto “ideología” no se origina en el marxismo ni en modo alguno está confinado a él. Señala que, este concepto fue acuñado como término en las postrimerías del siglo XVIII por el filósofo francés Destutt de Tracy. La intención era que configurara un término para la “ciencia de las ideas”.

Su utilización dependía de una comprensión particular de la naturaleza de las “ideas” que era ampliamente la que manifestaban Locke y la tradición empírica. Por lo tanto, las ideas no habrían de ser concepción “metafísica” o “idealistas”. La ciencia de las ideas debe ser una ciencia natural, ya que todas las ideas se originan en la experiencia que posee el hombre del mundo. En Destutt, específicamente la ideología forma parte de la zoología, apunta.

 

Por José Santana-Guzmán

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