EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- La crianza de hoy día es más retadora y compleja de lo que un padre pudiera imaginar. No hay un patrón para conducir un niño, sin embargo, cada familia tiene sus propios métodos.
Ante todo, la responsabilidad de criar positivamente es la meta de un papá o una mamá, en que los valores que se inculcan a ese ser querido que nació de las entrañas sea el reflejo de la educación de quienes nos engendraron y la obediencia es una exigencia de los progenitores.
Para el pedagogo y coah Andrés París, aprender a utilizar el “No” de manera positiva con los más pequeños del hogar es posible, indicando que esto permitirá mejorar la calidad de las relaciones para con los hijos.
“Llegué a estar en parques cuando mis hijos estaban pequeños y llegué a escuchar en un intervalo de tiempo corto más de 40 “No” de los padres diciéndole a sus hijos, y eran en frases “No te subas”, “No te manches”, “No te vayas a caer”, pero lo cierto es que el “No” no educa”, sostiene el especialista.
París, explica que ésta palabra predispone a los vástagos a recibir el mensaje de manera negativa, indicando que automáticamente los pone a la defensiva.
“Llega un momento que el “No” pierde el valor y no surge el efecto que pretendíamos conseguir, al contrario, los hijos se acostumbran a que los padres le hablen con un “No” delante, entonces los niños se integran menos, por esa razón, uno se enfada mucho más y volvemos con la frase en tono más amenazante”, destaca el experto en el tema y quien colabora para el portal Guía Infantil.
Recomendaciones
El profesional recomienda qué hay que tener en cuenta cuando utilizar el monosílabo y que tenga una buena aplicación.
Aconseja que el “No” se use de dos formas para que tenga esa repercusión que se busca en ese infante. La primera es cuando el “no” tiene límite, es decir, cuando se pronuncia de una manera rotunda.
“No es no, es importante que los entiendan, puesto que los niños insistirán buscando tu vulnerabilidad, también este “no” rotundo puede valer cuando tu hijo está en peligro”, señala.
La segunda forma, es encerrar el nombre dentro de la cita y no al empezar, sino que esté referido a una conducta que el niño o adolescente tenga.
“Ejemplifico, en frases ¡No te caigas! Propongo: “si juegas así, es fácil que no logres mantenerte en pie” o en la típica “no hables mal a los amigos” podría ser “hablas bien a los niños, sino te costará hacer amigos”, agrega París.
Asimismo piensa el psicólogo clínico y docente, Amauris Fabián Mota, quien asegura que el “No” afirmativo genera seguridad a los niños y es señal de autoridad, pero con respeto.
“Muchas veces el No es sinónimo de un sí, este pierde valor, porque ese no no es definitivo y queda la incertidumbre de que le digan un si, y los padres por salir del paso ceden”, manifiesta el especialista de la conducta.
Fabián Mota, señala que no se puede ser constante en el cambio de ideas, aconsejando que es preferible ser firme en las decisiones para con los hijos.
“También debemos ser consecuentes y explicar por qué optamos por un no, que no sea una prohibición por capricho, sino hay que aprender a explicar, porque luego el niño descubre que no hay razón para negarse a sus peticiones”, expresa el psicólogo.