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25 de abril 2024
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OpiniónElvis ValoyElvis Valoy

Crimen de lesa patria

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¡Qué ignominia! Y no ha habido consecuencias judiciales  por ese crimen. Como seres hieráticos, a nadie se le ocurre ni siquiera hacer un rictus ante su destrucción.

 ¿Cuántos millones de años necesitó la madre naturaleza construir ese remanso de vida, para que un grupito de lisérgicos forajidos lo aniquilaran sin siquiera ruborizarse?

 Para este nefasto asesinato se juntaron en tánden criminal, una parte de los más ricos de la sociedad con una parte de los más pobres, y consumaron su maldad de desaparecer el río Ozama.

 La revelación aparecida en varios periódicos del país, en donde  el presidente de la Comisión para la Readecuación de la Barquita, el empresario José González Cuadra, en donde dijo que el proyecto del Aquabús, el cual recorrería las paradisíacas aguas del río Ozama, tuvo que ser suspendido momentáneamente  debido a la descomunal contaminación del río Ozama, debe llevarnos a la reflexión para de esa manera detener la barbarie en la que se desenvuelve la sociedad dominicana.

Este afluente de aguas dulce, como lo es el Ozama,  que perfectamente pudo ser un fascinante atractivo turístico, como también el acueducto de todo Santo Domingo, fue utilizado por años como receptáculo de todas las guarradas, inmundicias, pestilencias, químicos, excrementos, etc. lanzadas por homicidas desaprensivos que ven tanto en el reino animal como vegetal el enemigo a vencer.

Esta gente trató al Ozama como el río Aqueronte de los infiernos griegos.

¡Cuánta crueldad! ¿Merecen estas personas que tienen parte alícuota en ese crimen de lesa patria, como ha sido la desaparición del río Ozama reconocerse como seres humanos?

Los 148 kilómetros que recorren sus aguas arrastran el muladar envenenado interno que lleva la gente que de una u otra forma participaron de la muerte de este manantial capitalino únicamente emana hedor y suciedad, como grito silente de sus lacerantes heridas,

No bastando ver sucumbir al Ozama, parece haberle llegado  el turno a los demás ríos de nuestra geografía, los cuales correrán la misma suerte del que alguna vez fuera el más caudaloso del país; un sin número de granseras le “oficiaron” su réquiem  a los ríos restantes con el objetivo de desaparecerlos.

¡Hasta cuando!

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