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19 de abril 2024
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Constantes crisis convierten al PRD y al PRSC en partidos “bisagras” del sistema

Constantes crisis convierten al PRD y al PRSC en partidos “bisagras” del sistema
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EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- Las constantes y prolongadas crisis internas en los partidos Revolucionario Dominicano (PRD) y Reformista Social Cristiano (PRSC), han llevado a estas dos organizaciones políticas a convertirse en “bisagras” del sistema.

Tanto el PRD como el PRSC, organizaciones que durante más de cuatro décadas controlaron el panorama político del país, en los últimos procesos electorales han tenido que aliarse a otros partidos para poder obtener el porcentaje electoral que le exige la ley para seguir gozando de los privilegios otorgados a los denominados partidos mayoritarios y lograr cuotas de poder en el Gobierno; que de forma independiente le sería difícil obtener.

Las luchas y segregaciones internas escenificadas en PRSC tras la muerte de su fundador Joaquín Balaguer y el PRD luego del fracaso del expresidente Hipólito Mejía en su intento de buscar ser elegido nueva vez presidente de la República en el 2004, han sumido a su mínima expresión a dos de las organizaciones más viejas en la historia contemporánea de la República Dominicana.

Aunque desde sus inicios, tras ser fundado en la Habana, Cuba, en 1939 por el profesor Juan Bosch y otro grupo de jóvenes liberales de la época, el PRD ha reflejado una historia de divisiones que lo han llevado a parir otros partidos.

Analistas aseguran que el descalabro vivido por el partido del “jacho prendido” en la actualidad ha superado todas sus crisis, incluyendo la vivida a finales de la década del 1980 cuando las pugnas entre Peña Gómez y Jacobo Majluta neutralizaron la entonces poderosa organización, dando paso a la fundación del Bloque Institucional Socialdemócrata (BIS) y el Partido Revolucionario Independiente (PRI).

Situación similar sucede con el PRSC, con la única peculiaridad que desde que fue fundado por Joaquín Balaguer a mediados del 1963, fue concebido como una organización confeccionada a la hechura del viejo caudillo, la cual, aunque en algunos momentos determinados tubo sus disidencias, la situación nunca se le salió de las manos.

El PRSC tras la muerte de Balaguer

La marcha decreciente del reformismo inicia tras el apoyo de esta organización política al Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en las elecciones presidenciales de 1996.

En esa ocasión el viejo caudillo reformista decidió pactar con el PLD en la segunda vuelta para cerrar el paso al candidato del PRD, José Francisco Peña Gómez.

Posteriormente en los comicios del 2000 esa organización decidió llevar a Balaguer como candidato presidencial, a pesar de los impedimentos físicos, ya que el viejo caudillo estaba ciego y sobrepasaba los 90 años de edad.

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Pero no fue hasta partir del 14 de julio de 2002, cuando tras la muerte de su fundador, quien a través de la misma ocupó la presidencia de la nación en al menos 6 periodos, que la organización presenta en cada proceso lo débil que se ha convertido como partido.

En los comicios del 2004 un grupo de dirigentes reformistas “zarpó” de la organización a respaldar las aspiraciones del candidato del PLD Leonel Fernández, los disidentes encabezados por Jacinto Peinado y Carlos Morales Troncoso, dos expresidentes de la República, quedaron inconformes con la convención que eligió a Eduardo Estrella como candidato de esa organización.

En esa ocasión el PRSC participó de manera independiente en las elecciones presidenciales y obtuvo una votación de unos 294,033 votos equivalente a un 8.14%.

Peor suerte corrió la organización colora, cuando al llevar como candidato presidencial a Amable Aristy, luego de la salida de Estrella quien formó su propio partido inconforme con la convención interna, el partido del “gallo” obtuvo una puntuación de 4.96%.

En ese momento trascendió a la opinión pública la versión de un supuesto acuerdo entre los principales partidos para redondear el porcentaje obtenido por el PRSC con el propósito de cumplir con el mandato de la Ley Electoral que establece que el 80% de los fondos que se le otorga a los partidos deben ser repartidos en parte iguales entre las organizaciones que obtengan por encima del 5% y con ello poder disfrutar de los privilegios del denominado grupo de los “mayoritarios”.

En los comicios del 2012 la organización decidió apoyar al partido oficialista y a su candidato Danilo Medina, posteriormente en el 2016 decidió tomar la bandera de la oposición e ir aliado al Partido Revolucionario Moderno y a su candidato Luis Abinander, pero en las dos ocasiones su participación electoral no ha llenado las expectativas pasando escasamente la barrera del 5%.

En la actualidad el PRSC se encuentra sumido en una profunda crisis tras la acción llevada a cabo por un grupo de dirigentes encabezados por el diputado Víctor “Ito” Bisonó y el senador José Hazim Frappier, los cuales suspendieron al presidente de la organización Federico ‘Quique’ Antún Batlle.

La situación se debate en estos momentos en el Tribunal Superior Electoral (TSE).

El descalabro del PRD

Las intenciones del entonces presidente de la República Hipólito Mejía, de extender su mandato más allá del 2004, abrió una grieta entre los dirigentes de esa organización, la cual fue acentuándose periodo tras periodos, hasta que culminó en los comicios pasados con el resurgimiento del PRM y la casi desaparición del PRD.

En su afán de imponer la reelección el grupo de Mejía expulsó a uno de los dirigentes emblemáticos de esa organización Hatuey De Camps, quien formó su propio partido y llamó a la población a votar hasta por “el diablo” y no hacerlo por Hipólito.

La situación llevó a un derrotero a la organización que terminó los comicios del 2004 con poco más de un 33% y dos años más tardes perdió su supremacía en el Congreso Nacional, poder del Estado que la organización venia controlando desde la muerte de Peña Gómez en 1998.

La situación se agudizó en el 2008 y 2010 cuando el equipo de Miguel Vargas Maldonado, quien tomó el control institucional del PRD, acusó a Mejía de influenciar para que la organización perdiera los comicios y bajara la matricula de senadores, diputados, alcaldes, directores de distritos municipales, regidores y vocales.

La crisis llegó a su “climax” cuando tras la convención para escoger al candidato presidencial de la organización en el 2012, Hipólito Mejía resultó ganador, mientras Vargas alegó que el exmandatario le ganó la contienda de forma fraudulenta.

Tras pasar los comicios donde resultó electo por primera ocasión Danilo Medina, luego de varios enfrentamientos entre los grupos de Mejía y Miguel Vargas, el primero expulsó al segundo, el cual junto a otros dirigentes de la longeva organización decidieron formar el PRM.

En los comicios pasados el PRD ofreció su respaldo a Medina y al PLD, muchos atribuyen el apoyo al afán de Vargas de que la organización no pereciera en sus manos.

El PRD que durante mucho tiempo estaba considerado una de las organizaciones más influyentes del país y que vio juramentarse a cinco de sus presidentes Juan Bosch, Antonio Guzmán Fernández, Jacobo Majluta, Salvador Jorge Blanco e Hipólito Mejía, en los comicios pasado solo pudo obtener poco más del 5% del electorado.

 

 

 

 

 

 

 

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