Desde que las encuestas comenzaron a ser utilizadas como armas políticas y no como instrumentos de trabajo, las publicaciones de resultados se convirtieron en algo trivial para el electorado.
La actitud acomodaticia de algunas empresas para complacer o decir lo que quieren escuchar sus clientes provocó el descrédito, la falacia y la mentira en los resultados de levantamientos estadísticos.
Cuando estos resultados no son del agrado de una u otra parte, descalificar el estudio es la primera reacción. Los partidos, en este caso el PLD, busca echarle la culpa de la fiebre al termómetro y no al cuerpo que está enfermo.
El quiebre histórico del partido ideológico y de cuadros es de dimensiones más ingentes de las esperadas, sólo que aun sus máximos integrantes no lo aceptan. La máxima dirigencia se desconectó de su militancia, ya no se lucha por una idea por una meta de interés colectivo, solo se procura el empleo o la dádiva que se pueda recibir o dar para poder conquistar adeptos.
La salida de Leonel la han visto en términos de porcentajes (8-15%) y la realidad es que el impacto mediático de que se dividió el PLD es más fuerte que lo que sea que le coloquen a Fernández en las mediciones.
Según Gallup Hoy, la firma encuestadora de mayor prestigio en la República Dominicana: Luis Abinader del PRM tiene un 53.7% de aceptación, Gonzalo Castillo del PLD 35.5% y Leonel Fernández de la Fuerza del Pueblo un 8.6%.
Nótese que Castillo tiene un 35.5%, exactamente lo mismo que el PLD, o sea su candidatura solo tiene el techo del partido. El PLD unificado tenía una plataforma de un 44%. Leonel se llevó parte de esa plataforma por eso figura con un porcentaje pequeño para alguien de su estatura política, pero gigantesco en términos de daño político al PLD.
Básicamente esto nos dice que Leonel obtendrá más de medio millón de votos, si tomamos como parámetro la cantidad de hábiles para emitir el sufragio.
Otro dato interesante es que Leonel va a desplazar al Reformista y al PRD de sus respectivos lugares constituyéndose en la tercera fuerza política del país, rompiendo así el bipartidismo de hace décadas.
Le recomiendo al PLD no pelear con el termómetro, deben solucionar la fiebre que está en el cuerpo.
Por Daygorod Fabián Sánchez, Educador y Analista Político