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25 de abril 2024
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OpiniónHumberto SalazarHumberto Salazar

Con la «Fake News» de la difteria estamos jugando con fuego 

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Rápidamente tuvimos que volver a los conceptos de que es un brote, una epidemia y una pandemia, para entender la reacción desmesurada e irresponsable que han tenido las autoridades de salud del país, como reacción a un titular de un periódico nacional donde informa la muerte de un niño procedente de Haití, según ellos por difteria, lo que nadie ha comprobado hasta ahora.

¨Un brote de una enfermedad se define como la aparición repentina de una enfermedad infecciosa en un lugar específico¨, por ejemplo los casos de malaria que aparecen de cuando en vez en algunas poblaciones del país.

¨Una epidemia es cuando muchas personas de una región geográfica se infectan al mismo tiempo con una enfermedad infecciosa, ejemplo la gripe estacional, la Chikunguya que nos afectó hace unos años a la República Dominicana.

Mientras que una ¨pandemia es la propagación mundial de una enfermedad infecciosa, que como los humanos no tenemos inmunidad contra ella aparecen casos en todo el planeta¨, ejemplo la pandemia de gripe española de 1918 que mató a mas de 60 millones de personas.

Ninguna de estas definiciones se adapta a lo que esta pasando con la difteria desde hace unos días, ya que nadie ha diagnosticado un solo caso de esa enfermedad infecciosa desde hace varios años en el país, y aun a estas horas no hay casos confirmados por pruebas de laboratorio de que haya difteria en República Dominicana.

El jueguito de reaccionar en forma exagerada ante un titular de prensa, a todas luces tremendista e irresponsable del periódico Listin Diario, de parte de los que se supone son los encargados de dar las informaciones oficiales, todo el mundo habla en salud publica de un tema tan delicado como si de verdad tuviéramos un brote de difteria en el país, podría tener consecuencias catastróficas para nuestra economía.

Hay que recordar lo que ocurrió en el año 2009 en México, cuando aparecieron algunos casos de gripe causada por el virus tipo A H1N1, lo que causó una alarma local y mundial provocada por las informaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se equivoca muchísimo también, la que elevó la alerta en ese al nivel 6 en muy poco tiempo.

Pues a partir de esta alarma, que se demostró innecesaria y causó daños irreparables a los mexicanos, el PIB de un país como ese dependiente del turismo, cayó sobre el 2% y México entró poco después en una recesión económica, que llevó a la perdida de millones de empleos y una crisis de la que le costó salir.

En base a las informaciones ¨oficiales¨ de la OMS, el ejercito mexicano fue enviado a las calles para entregar masivamente tapabocas cuyas imágenes fueron transmitidas al mundo entero por los noticieros internacionales y hasta hubo grupos que pidieron al entonces Presidente Barack Obama que cerrara la frontera con su vecino del sur frente al peligro que representaba la expansión de la gripe H1N1.

El impacto de esta alarma, innecesaria por demás y criticada por muchos como una estrategia de la multinacional Roche, una empresa farmacéutica, para vender el Tamiflu (oseltamivir) como solución a este problema de salud, puede ser olvidado por muchos, pero no para los que estamos atentos a estos manejos económicos de empresas de fabricación de medicamentos tan criticadas por las personas preocupadas por la salud de los seres humanos.

Es mas, la República Dominicana compró 50 millones de dólares del famoso Tamiflu, incentivado por las desinformaciones de la OMS, que deben haberse dañado en algún almacén del ministerio de salud, porque nunca se presentaron los casos que anunció este organismo de las Naciones Unidas, ni tampoco se presentó la pandemia mortal que tanto anunciaron en ruedas de prensa continuas que se realizaban y que mucha gente ha olvidado.

Pues no sabemos como se puede montar una alarma como la que estamos viviendo en estos días, en un país como la República Dominicana que depende el turismo para su supervivencia económica y donde hasta este momento no se ha presentado un solo caso de difteria, es mas, no hay casos de esta enfermedad desde hace varios años y somos, a pesar de que los mismos encargados no defienden su trabajo, uno de los países del área con mayor cobertura de vacunación infantil.

No ha habido casos de difteria en el país desde hace varios años, y aun cuando se presentaran tres o cuatro casos, eso no es un brote, porque para que lo fuera tendrían que estar ubicados en la misma área geográfica, es mas, en Haití, donde hubo en una región mas de 400 casos el año pasado, se han estado tomando medidas para evitar que esto se expanda y no es noticia de primera plana como esta ocurriendo en la República Dominicana.

Mientras esa es una verdad, NO HAY CASOS DE DIFTERIA EN EL PAÍS, las emergencias se encuentran llenas de madres con sus hijos en brazos, los que esta vacunados por la cobertura excelente que tiene el Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI), que la mayoría de ellos ni siquiera están en edad de que se les aplique un refuerzo de la vacuna y hay una alarma general incentivada por la desinformación provocada por titulares de prensa alarmistas y su replica en las redes sociales, el espacio donde todos los idiotas opinan de cosas que no saben.

Sigamos por ahí que vamos muy bien, atacando un brote que no existe, evitando una epidemia de una enfermedad que prácticamente ha desaparecido en el país, causando alarma en la población y filas interminables en los centros de vacunación, en cualquier momento se le ocurrirá a alguien comprar dosis de antitoxina difterica, que es el tratamiento para la enfermedad, sin tener un solo caso y en base a lo que dice un periódico en su titular principal.

Lo que para nada extraña es que este mismo medio, el Listín Diario, es el que lleva la voz cantante en contra de los haitianos, a quienes los seudo nacionalistas del patio culpan ahora de que haya casos de difteria en el país, algo coincidente y muy sospechoso para los que nos gusta leer entre lineas.

Solo pedimos que ojalá no se le ocurra a uno de nuestros competidores en el turismo de sol y playa construir una historia y replicarla en algunos de los muchos medios globales que existen en el mundo, ahí si es verdad que vamos a ¨gozar¨, el impacto económico sería un tsunami sobre nuestra principal industria, algo que suponemos no quiere nadie, pero es que ¨el que juega con fuego al final se quema¨.

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