Las lluvias tienen múltiples virtudes. Nos fertiliza el medio ambiente, nos generan energía en las hidroeléctricas, nos sirven para agua potable y para irrigar la tierra para los cultivos. Incluso, nos inspiran y nos mejoran el ánimo.
Sin embargo, las lluvias igual nos revelan penurias y debilidades. Arrasan la capa vegetal a los ríos y cañadas por la deforestación. Sacan una gran cantidad de basura que acaban tapando desagües y contaminando nuestras costas.
Una gran cantidad de obras de infraestructura quedan colapsadas por las lluvias, lo que conduce a un cuestionamiento sobre la calidad de las mismas, pese a la inversión millonaria que se hacen para levantarlas.
Y todo eso es para reflexionar.