Sin árbitros válidos el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) ha quedado expuesto al enfrentamiento total. Es algo que habíamos advertido desde antes del final de las primarias, sugiriendo una “mesa de diálogo” en que miembros sensatos de ambos sectores pudieran servir para asegurar un desenlace razonable, y eso pasaba por amortiguar los excesos verbales que tanto contribuyen a las radicalizaciones de las diferencias.
Lo planteamos convencidos de que las crisis de los partidos oficiales terminan afectando las instituciones públicas y a todo el país. Nada se hizo en la ocasión y el PLD sigue expuesto a las mismas dificultades, y con pocas, por no decir ninguna, posibilidades de lograr su armonía interna.