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25 de abril 2024
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OpiniónRamón SabaRamón Saba

César Nicolás Penson

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Nació el 22 de enero de 1855 en Santo Domingo y murió el 29 de octubre del 1901 en esa misma ciudad,  a la corta edad de 46 años.

 

Narrador, filólogo, abogado, poeta, periodista, traductor, crítico literario maestro, folclorista y lingüista. Realizó estudios filológicos y folklóricos. Se graduó de abogado. Ejerció su profesión y desempeñó varias funciones en la Judicatura nacional, entre ellos como escribiente en el Tribunal de Primera Instancia, oficial del Ministerio Público de Justicia e Instrucción y Secretario Controlador de la Junta Directa de Estudios y posteriormente presidente del Tribunal de Primera Instancia del distrito de Santo Domingo.

 

 

De igual manera laboró con Salomé Ureña su Instituto de Señoritas, como maestro. Inició su carrera de periodista en Puerto Plata a muy corta edad, colaborando en los periódicos El Porvenir y El Ciudadano; más tarde escribía para Eco de la Opinión, El Teléfono, la revista Letras y Ciencias y para el Listín Diario; fundó los periódicos La Idea, El Telegrama (primer diario del país), Diario del Ozama y La Lucha Activa, lo que demuestra su gran afición por el periodismo y lógicamente por la literatura. Fue miembro notable de la sociedad Amigos del País.

Su haber escritural consta de los siguientes títulos: La mujer, Cosas añejas y Reseña Histórico-crítica de la poesía en Santo Domingo; siendo el conjunto de cuentos Cosas añejas su obra cumbre, material obligado en las escuelas de nuestro país, la cual narra episodios y tradiciones de Santo Domingo.

Como nota simpática, cabe señalar que César Nicolás Penson fue indiscutiblemente una especie de semental humano, pues en su corta vida procreó 18 hijos con su esposa Francisca Antonia Rodríguez Montaño, con quien casó en el 1880 y como nota curiosa, cabe apuntar que su famoso relato “Los tres que echaron  a Pedro entre el pozo”, tiene dos grandes errores editoriales: El primero es que al personaje que echaron en un pozo fue a Pablo, no a Pedro, y que el título, bajo revisión gramatical debió decir DENTRO DEL POZO en lugar de ENTRE EL POZO.

El escritor José Alcántara Almánzar advierte que Penson traduce los esfuerzos de la burguesía por estructurar un nuevo sentimiento –paralelo a la mencionada hispanofilia- destinado a refrendar una política de uso externo: el racismo antihaitiano.

Por el contrario, el expresidente de la república, escritor y poeta Joaquín Balaguer consideraba que la labor literaria de César Nicolás Penson no se halla sólo dirigida por el sentimiento de la belleza y por la pasión del anticuario.  Su obra se encuentra inspirada por un propósito más alto: el de defender, contra peligrosos factores que tenían su asiento en la parte occidental de la isla, nuestra fisonomía étnica e histórica.  Para eso se hizo tradicionalista y filólogo. Agregando que, además es, idiomáticamente, el más puro de los escritores nacionales. Polígrafo eminente, versado en varias lenguas y en muchas literaturas, manejó la pluma con un donaire que recuerda a menudo a los grandes artífices de la escritura clásica castellana.

Finalmente la escritora Rita Tejada estima que en su estructura, la obra de Penson se compara a las Tradiciones Peruanas de Ricardo Palma y ambos textos (el mencionado y Cosas Añejas) se inscriben dentro de un tipo de escrito que surge durante siglo XIX y que busca rescatar el pasado y las tradiciones de las sociedades criollas en Hispanoamérica.

Concluyo esta entrega de TRAYECTORIAS LITERARIAS DOMINICANAS reconociendo que Cosas añejas, del notable prosista César Nicolás Penson, es una de las obras más representativas de la literatura dominicana del siglo XIX y que su lectura debe seguir siendo material de enseñanza en nuestras escuelas.

Por Ramón Saba

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