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19 de abril 2024
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OpiniónRolando FernándezRolando Fernández

Cero corrupción e impunidad entre nosotros, ¡difícil!

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La política como inversión bastante lucrativa, y el burdo negocio dentro de esa actividad que se observa de ordinario, son los que han provocado el que tanto la corrupción, como la impunidad, hayan adquirido la característica de históricas en República Dominicana. ¡De eso no hay duda alguna!

Son los políticos nacionales, actuando de esas formas deleznables, bajo el marco de la llamada democracia representativa, los que se han encargado de enraizar tales flagelos en el país, de manera que, ya se haría prácticamente imposible su combate y eliminación dentro de ese mismo sistema de gobierno imperante, por más enmiendas, como proyecto nuevo de nación que se procuren.

En ese tenor, como ilusos se reportan los pronunciamientos del señor Persio Maldonado, director del importante periódico “Nuevo Diario”, en el marco de la conferencia que pronunciara, bajo el título: “El País Posible”, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), regional San Juan de la Maguana, en ocasión del “Día del Periodista”, debido a los que ejercen la política en esta nación, igual que por la sociedad que dirigen, con tanta inconsciencia ciudadana ambos.

De todas maneras, bastante acertados, como esperanzadores, se podrían considerar los juicios externados por el connotado profesional del periodismo durante su ponencia, de poder llevarse a cabo los planteamientos que aquel hiciera.

Así, “El País Posible”, a que él aspira se puede lograr. Pero, ¿a qué costo, sería la pregunta obligada? ¿Se está dispuesto a pagarlo localmente? Es obvio que, se está en presencia aquí de murallas muy difíciles de derribar, y que hacen casi imposibles las realizaciones inherentes, salvo que se produzca un cambio en el estilo de gobernar, con matices dictatoriales incluidos.

No han dejado otra alternativa para tales propósitos, por gravedad innegable de las tantas situaciones dañosas que ha provocado la clase política nacional, y que han venido afectando a los dominicanos, desde el derrocamiento del otrora régimen de fuerza trujillista (década de los años 1960), y no solo a nivel de corrupción e impunidad. ¡Hay más!

Evidentemente, se tendría que estar hablando ahora de la necesidad de un dictador con una mentalidad avanzada, dispuesto a corregir, aun sea parte de los tantos males nacionales presentes.

Claro, en una gestión gubernativa de ese tipo, el que asuma la dirección del Estado nacional, no tendría compromisos reciprocatorios concertados con nadie, que impidan el accionar debido, por lo que no sería su ascensión al poder mediante el voto popular a través de las urnas, que por lo regular se compran; o, son agenciados por los representantes de los poderes económicos regentes, a cambio siempre de permisividades, prebendas, solapamientos, etc.

Luego, muy lindas se oyen esas palabas del señor Maldonado, que en parte nos permitimos transcribir aquí, desde el periódico digital “La Nación Dominicana”, sobre las necesarias y urgentes realizaciones que viene demandando este país, para erradicar tanto la corrupción, como la impunidad, entre otras cosas, se entiende, pero que lucen imposibles, cuando no demasiado difíciles, bajo el escenario actual gobernante, disfrazado solo de democracia representativa, se debe reiterar.

Pero que, a todas luce, no es siempre más que un “andamiaje” selecto, compuesto por personas afectas y adeptas al primer mandatario, con un presidencialismo extremo, comercio politiquero, corrupción e impunidad fehacientes, y donde ni siquiera, la separación que se tiene de los tres poderes del Estado es real.

Según dijera el señor Maldonado, y que aparece en la reseña periodística de referencia:

“Entiende que la República Dominicana requiere de un sosiego largo en la vida constitucional, para poder crear y estabilizar una cultura de respeto y apego a las normativas establecidas en la Carta Magna y en sentido general”.

“Entre los desafíos para poder construir una mejor y gran nación, Persio Maldonado plantea un gran acuerdo nacional que proyecte a la sociedad dominicana para los próximos veinte años, basado en el cumplimiento de las normas”.

“A seguidas, reafirma que la gran obra pendiente de realizar, y que ningún gobierno ha querido asumir a plenitud, es la organización del país en el sentido pleno de la palabra”.

“Dice que organizarnos como país nos hará trascender de manera consistente y en dignidad. “Es la única obra que puede producir un cambio de hábitos para establecer una nueva cultura en el comportamiento de nuestra ciudadanía y que llenaría de entusiasmo colectivo a quienes habitamos esta hermosa y generosa tierra”,sostuvo”.

“Precisó que el plan de organizar el país significará, entre otras cosas, hacer de la ley la norma y no la excepción, con lo que acabaríamos con la corrupción y el tráfico de influencia que tanto daño ha hecho a la República Dominicana”.

“Ve necesario trazar planes específicos sobre las prioridades del país e invertir en sus soluciones, y en ese sentido plantea revisar el contenido de la educación y llevar a las aulas los principales temas de la nación, como los que tienen que ver con las responsabilidades y los derechos de la ciudadanía”.

“Entiende conveniente e inaplazable llevar a cabo una reingeniería de la Administración Pública para hacerla más racional y eficaz, que garantice muchos de esos derechos que no funcionan en la práctica”.

La verdad es que, sus palabras aquí plasmadas, no tienen desperdicio alguno. ¡Bastante certeros sus juicios! ¡Es lo que procede se haga! No obstante, ¿cuál es la gran preocupación que se deriva?, y de ahí que se reporten como casi ilusorios sus pensares externados.

Se pueden lograr esas cosas, que tan beneficiosas serían para el país, siguiendo anclados en las mismas aguas, dizque democráticas, bajo la modalidad representativa, tal se percibe entre la clase política nacional y la población misma, con un gran segmento de ésa siempre dispuesto a vender su conciencia por un pica pollo, un pote de ron, o la suma de RD$500, que apenas dan para comer un par de días, si acaso. De eso hacen provecho los avivatos politiqueros nuestros, ¡qué pena!

Pero, además, están las reciprocidades con los patrocinadores de campañas electorales, y los paganinis que se agregan, de quienes los actos de corruptela se ignoran después; y, cuando no, son favorecidos con la impunidad solapante de estilo.

Don Persio, lo primero necesario aquí para el diseño de otro país posible, es una sólida concienciación generalizada por pate de los que mandan, y los mandados; que solo se piense en el país, y el resto vendría por añadidura. Claro, eso último, con votos a nivel de urnas, y políticos subvencionados para alzarse con el poder, jamás se va a lograr.

 

 

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