La actual coyuntura que vive la República Dominicana puede verse de dos maneras.
Una de confrontación por las circunstancias de las elecciones programadas para febrero y mayo del 2024.
La otra sería apreciarla como el escenario perfecto para verla como una oportunidad de construir una especie de máster plan para el país, en el que se sustenten las acciones del próximo gobierno y los que vengan a partir de ahí.
No hacerlo sería una ceguera política. Los actores de una acción como esta se engrandecerán, en la coyuntura y en la historia.
No hacerlo sería negarse a ver nuestras grandes potencialidades y nuestros enormes desafíos.
La pregunta sería: quién quiere cobrar los beneficios de hacerlo bien.