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19 de abril 2024
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OpiniónJesús M. GuerreroJesús M. Guerrero

Candidatos y la percepción de derrota

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Inicio este escrito con el siguiente fragmento de la tesis, titulada ¿Cómo se construyó el candidato?, un estudio de caso sobre imagen política, cito: “La popularidad no es suficiente para atraer los votos de las personas. El candidato debe construir una imagen política que estará conformada por las características personales, estéticas, ideológicas, issues (temas), o sea por el posicionamiento del candidato dentro del mapa político y por las asignaciones espontáneas de los electores.”

Uno de los principales y más difíciles de los retos que tiene un candidato presidencial, es superar la percepción de derrota y más cuando aspira nuevamente a la presidencia viniendo de un fracaso en el proceso pasado. Pero, aunque se identifique el problema es difícil resolver por la sencilla razón de que el ajedrez político se nutre de realidades y las acciones dependen de las coyunturas.

Un vivo ejemplo de lo dificultoso que es cambiar la apreciación del fracaso electoral, fue Bosch, luego de haber sido derrocado en 1963, renunciar del PRD en 1973, pudo construir la victoria electoral en 1990, aunque le fue arrebatada. Por igual, Balaguer durante los tortuosos 8 años del PRD frente a la cosa pública y superando todo vaticinio de derrota, se alzó con la misma en 1986.

La diferencia de los 2 expresidentes mencionados anteriormente, con quien se vislumbra como el candidato del principal partido opositor es la fortaleza de las organizaciones políticas que los respaldaron en su momento. Cito nuevamente otro fragmento de la tesis, ¿Cómo se construyó el candidato?, un estudio de caso sobre imagen política: “En las sociedades contemporáneas ha cobrado importancia inusitada la figura del líder. Estos “líderes de popularidad”, no están restringidos por la corporación y tienen la capacidad para definir o redefinir la identidad política que lideran, pero sin poseer un capital político seguro. Al carecer de la estabilidad de los partidos de masas se tornan más vulnerables a la aparición de nuevos líderes con mayor popularidad que ellos.”

Cualquiera que sea el candidato del PRM, tiene un largo camino por recorrer, por la sencilla razón de que únicamente dependen de su imagen y esta está recubierta de derrota, Luis Abinader fue derrotado con la diferencia más grande de porcentaje en cualquier torneo electoral. En el caso de Hipólito Mejía fue sometido a una paliza en el 2004 y nuevamente en el 2012 fue derrotado.

Incluso, la última entrega de la Gallup-Hoy evidenció la poca probabilidad de victoria que le confieren los encuestados a Abinader y peor en el caso de Mejía que ni siquiera fue tomado en cuenta. Cito un fragmento del trabajo del Centro Político, titulado, La importancia de la imagen personal del candidato; ¿qué quiere ver la gente?: “Además, debe considerarse que la imagen que se proyecte del candidato con el electorado tiene que resultar ventajosa con relación a sus opositores. Dependiendo las circunstancias en las que se da la elección, los estrategas de campaña tienen la posibilidad de fabricar el candidato que los ciudadanos quieren, en lugar de intentar que el electorado acepte el candidato.” Cosa en la que han fallado desde 2004, han tratado de proyectar candidaturas, con el mote de lo menos malo.

El problema de la oposición en nuestra media isla, ha sido carecer de discursos coherentes, incapaces unificar criterios y siempre apostar a una división del oficialismo que nunca se concreta. Una oposición disgregada y sin identidad partidaria ni ideológica.

Según Jamer Chica, cito: “Mientras que los ciudadanos no tienen muchos elementos para saber si el programa del candidato se puede o no cumplir, las características personales del mismo, verbigracia, su apariencia, son rasgos que podrían ser considerados determinantes y de gran utilidad para los electores al momento de tomar una decisión en la urna.” Creo que la imagen de ambos candidatos opositores, uno está descartado por su personalidad impredecible y su mala gestión de gobierno y el otro no ha calado en las preferencias electorales por su incapacidad para comunicar o, de generar opinión pública.

Cito nuevamente a Jamer Chica: “La preparación y el tiempo son la base para construir una buena imagen política, para lograr un buen posicionamiento, hay que revisar diversos elementos en la imagen del candidato.” La oposición luego del desmembramiento del PRD, no han tenido tiempo, ni ha podido preparar un candidato ideal, por el contrario ha brillado por lucir distante de los problemas nacionales y por la deleznable razón de que sus principales dirigentes parecen ser caballos de Troya a lo interno de nuevo partido.

Han sido incapaces de colocar su discurso y por tanto, no han podido posicionar su imagen ante el electorado. Han perdido tiempo, porque todos tienen una agenda individual, no colectiva y por eso han fallado en convertir al PRM en marca país, como lo fue el PRD en el pasado.

Concluyo con la ley No. 20 de las 25 leyes del discurso político de Yago de Marta, cito: “Ley del fracaso: Si no tiene nada que decir, o lo tiene pero no tiene sitio dónde decirlo es un fracaso. Cualquier otro caso, es sólo un tropiezo. La clave es la repetición de un mensaje coherente que toma vida en una historia significativa para el oyente. Si no la tiene, fracasa. Si no puede decirlo, fracasa. Pero una equivocación al pronunciar, un olvido, una confusión es olvidada al día siguiente.”

Por; Jesús M. Guerrero

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