En sentido general se podría decir que este está siendo un mal tiempo para los partidos políticos y para el liderazgo de esas organizaciones. Unos más, otros menos, pero nadie parece tan bien posicionado para correr por el carril del centro sin dificultades.
Las razones que afectan a los partidos y a sus principales dirigentes son múltiples y muchas de ellas resultan comunes para varios de ellos. Hay malquerencias internas y desgastes que afectan la imagen pública.
El momento actual como hacia el futuro los líderes políticos y las organizaciones en que se sustentan necesitan trabajar políticamente, y quien no lo haga tendrá pocas posibilidades de sobrepasar este mal momento.
Nada se puede dar por hecho.