Santo Domingo 23 / 31 Soleado
ENVÍA TUS DENUNCIAS 829-917-7231 / 809-866-3480
19 de abril 2024
logo
OpiniónCésar FragosoCésar Fragoso

Bienes raíces en Punta Cana, una inversión garantizada 

COMPARTIR:

A pesar de las fuertes restricciones que, por razones de salud, nos ha impuesto el Coronavirus, cada vez que reinicia sus actividades o se inaugura un hotel de los ubicados en cualquiera de nuestras playas, su ocupación es igual o superior a lo que se permite en la actualidad.

En otras palabras, si nuestras autoridades disponen que un hotel solo puede recibir turistas para ocupar el 60% de su capacidad de habitaciones instaladas, desde que los operadores de turismo lo saben, se encargan de llenar en su totalidad esos espacios y de tener reservaciones por encima de esa autorización.

Esto sucede con gran facilidad, a pesar de la pandemia del Covid-19 y las limitaciones que existen para que nos visiten personas de otros países.

Para nadie es un secreto que el Ministerio de Turismo ha tenido que ponerle multas millonarias a hoteles por violar las disposiciones sobre la cantidad de personas permitidas en sus facilidades y por actividades multitudinarias que han sido realizadas en sus instalaciones.

A parte de los millones de turistas extranjeros que nos visitan cada año, los dominicanos de aquí y de allá, estamos aprendiendo a hacer turismo interno y cada día más y más de nuestra gente se anima a visitar los hoteles existentes en esta bendecida tierra, llena de playas hermosas y aguas cristalinas.

La República Dominicana se ha convertido en el centro de atracción turística más importante de toda la región caribeña motivado por tres factores principales que son, la belleza de las playas, el clima que Dios no ha dado y, muy en particular, por el trato afable que los empleados de los hoteles les dan a nuestros visitantes.

El dominicano se caracteriza por su amabilidad y, el calor humano que sienten los que tienen la dicha de hospedarse en uno de nuestros hoteles, hace que se queden con el deseo de volver, pues solo ven caras sonrientes y alegres que les atienden como si ellos fueran lo mas importante de sus vidas.

Yo nunca olvidaré la cara de alegría y la iluminación que mostraron los ojos de una doctora americana que atendía a mi hermano Rafelito en un hospital de Providence, la Capital de Rhode Island en los Estados Unidos, cuando le dije que nosotros somos dominicanos.

A partir de ese instante sus atenciones fueron especiales pues, de alguna manera, ella quiso demostrar su agradecimiento sobre lo bien que se sintió al visitar un hotel en Punta Cana.

Me habló de la inmensa belleza del lugar, del clima, de las comidas, del merengue y, sobre todo, de lo bien que fue atendida por el personal que trabaja en el mismo. Agregó que anhelaba volver a visitarnos, junto a su familia, tan pronto pudiera.

Así como ella, con muy raras excepciones, piensan todos los turistas que llegan a nuestro país.

Yo he titulado este artículo con el nombre de: “Bienes Raíces en Punta Cana, una Inversión Garantizada” motivado por lo que he ido aprendiendo sobre el turismo dominicano, lo que e investigado sobre esa parte del país y, en especial, por lo poco que he podido conocer del área y lo mucho que falta por hacer.

Digo “lo poco” porque cada día me sorprendo más sobre el inmenso desarrollo que se ha logrado en esa parte de nuestra Patria y lo que se sigue haciendo día tras día.

Para que tengan una idea de lo que les hablo, a continuación, les presentaré algunas informaciones que podrían ser de su interés.

Punta Cana cuenta con cerca de 45,000 habitaciones hoteleras lo que le convierte en el mayor polo turístico del país y uno de los más importantes del Caribe.

A parte de esta excelente condición desde el punto de vista de la hotelería, en esa zona de Dominicana, adicional a los ya existentes, se están construyendo numerosos edificios de apartamentos, amplios proyectos de villas individuales, diferentes parques de diversiones, grandes plazas comerciales, clínicas especializadas para el turismo de salud y frecuentemente se abren nuevos negocios.

Esto convierte el área completa de Punta Cana en una magnífica zona de inversión en Bienes Raíces en todas sus variables.

Si iniciamos por contemplar la posibilidad de adquirir un solar con miras hacia el futuro, desde ya se tiene una ganancia asegurada por la plusvalía que generará y, cualquiera que sea el precio que se pague hoy por una porción de terreno, en unos años el valor se puede multiplicar de manera astronómica.

Para quienes compren un apartamento en cualquiera de los proyectos ya construidos o en proceso de construcción, adicional al aumento de valor de la propiedad que se producirá en la medida en que vaya pasando el tiempo, tendrán una rentabilidad mensual asegurada, ya sea por el alquiler normal a una de las miles de familias que continuamente emigran a la zona o, aún mucho más beneficio, si lo preparan para ser alquilado en la modalidad de AirbnB o de ser rentado por temporadas siendo manejado por un operador turístico local.

Si se deciden a comprar una villa, de las muchas que hay en el sector, pueden hacer lo mismo que lo señalado para los apartamentos en las nuevas formas de alquiler y recibir también extraordinarios beneficios por el aumento de valor.

Otras modalidades que se están dando en Punta Cana son las de residencia permanente, tanto de dominicanos como extranjeros, los cuales son atraídos por la excelente calidad de vida que tienen los moradores del área.

También muchos se motivan a adquirir casas, villas o apartamentos para utilizarlos como segundo hogar, usarlos para ir a vacacionar y, de esa manera, también disfrutar de las maravillosas playas y demás atracciones existentes.

Algo que hemos aprendido con el Covid-19 es, que no tenemos que asistir obligatoriamente a una oficina para poder trabajar, que a través de la tecnología podemos desarrollar muchas labores desde la comodidad del hogar y, si se quiere, hasta desde una buena sombra frente al mar.

 

Esto nos lleva a cambiar nuestro estilo de vida y a pensar que, viviendo en lugares fuera del Gran Santo Domingo, podemos ser productivos y, al mismo tiempo tener un mejor estilo de vida, sin tapones y sin el estrés de la gran ciudad.

Si a esto le agregamos que llegar a Punta cana desde el Distrito Nacional es un viaje placentero que nos toma solo unas dos horas y unos minutos transitando por excelentes autopistas, es razonable pensar que muchas familias podrían considerar esa zona para convertirlas en su hogar definitivo, desde donde podrán continuar con sus trabajos y, al mismo tiempo, disfrutar de una mejor calidad de vida.

Por Lic. César Fragoso

Comenta