EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- Trea Turner continúo con su exhibición de poder y este domingo disparó dos cuadrangulares y remolcó cuatro carreras para guiar el triunfo de los Estados Unidos 14-2 sobre Cuba, para conquistar el pase a la final del Clásico Mundial de Béisbol.
Con el avance a la final, la escuadra de los Estados Unidos tendrá la oportunidad de retener el título de campeón que conquistaron en la edición de 2017 y convertirse, junto a Japón, que ganó en 2006 y 2009, como los únicos países en repetir como campeones en el torneo de naciones.
El conjunto de los Estados Unidos enfrentará en la final al ganador del duelo entre México y Japón, que se disputará este lunes a las 7:00 de la noche en el estadio de los Marlins, en Miami, en el LoanDepot Park.
En sus últimos dos encuentros del Clásico Mundial, Turner ha pegado tres jonrones y ha remolcado ocho carreras, muestra de como señaló después del partido “estoy disfrutando el momento”.
Turner dijo que no tiene una preferencia sobre el equipo que enfrentará en la final, entre México y Japón.
El equipo estadounidense también contó con Paul Goldschmidt, quien mandó la pelota por encima de barda y empujó cuatro anotaciones.
Mookie Betts anotó dos veces, al igual que Nolan Arenado, quien salió del partido luego de ser golpeado por lanzamiento en la mano y Cedric Mullins agregó un cuadrangular solitario por la poderosa ofensiva de los Estados Unidos.
El veterano diestro Adam Wainwright se recuperó de un inicio tambaleante y lanzó cuatro entradas de una carrera, con un ponche para ganar el encuentro.
Miles Mikolas sustituyó a Wainwright y se mantuvo en el montículo por cuatro entradas de una carrera, antes de darle paso a Aaron Loup, quien se encargó de lanzar la novena entrada.
Por cuba abrió el veterano Roenis Elías, quien fue castigado con dos cuadrangulares y tres carreras limpias en apenas dos entradas de labor.
El picheo de Cuba no pudo ante el poderoso ataque estadounidense, a quienes les permitieron 14 imparables y siete bases por bolas, además de que cada uno de los seis lanzadores que trabajaron en las ocho entradas que les tocó defender al jugar en condición de visitantes, permitieron que le anotaran al menos una carrera.
La gran oportunidad de los cubanos se presentó en la primera entrada, cuando llenaron las bases sin outs ante Wainwright, quien tras darle base por bolas a Alfredo Despaigne, para producir la primera anotación del encuentro, se recuperó y retiró a los siguientes tres hombres que enfrentó, el primero con rodado a la tercera base que permitió realizar el out forzado en el plato, el segundo con elevado al segunda base y el tercero con rodado al campocorto.
La respuesta llegó en el cierre de ese primer episodio por jonrón por el jardín izquierdo, con uno en las bases, de Goldschmidt, dándole la ventaja, que no volvería a perder, a los Estados Unidos.
Turner desapareció la pelota del parque en el tercero sin nadie en circulación y volvió a pegarle en la costura en el sexto episodio, con dos hombres en los senderos.
Estados Unidos ahora se encuentra a un paso seguir reinando en el béisbol mundial.
