El cierre de un año electoral será difícil para hacer su balance final en distintos aspectos de la vida nacional. Y mucho más un cierre tan cerca de unas elecciones municipales que son el calentamiento para las legislativas y presidenciales en mayo del año que está por llegar.
Las pasiones políticas no siempre permiten la objetividad y las conclusiones de analistas y sectores de diferentes ámbitos de la vida del país resultan en muchos casos exageradas, bien sean en los aspectos negativos o reconociendo bondades sobre la gestión pública.
La razón no siempre funciona y se resiste a reconocer variables que deben considerarse en las estrategias electorales. Quizás es esa una de las principales equivocaciones.