EL NUEVO DIARIO, BAGDAD.- El primer ministro iraquí, Adel Abdelmahdi, aseguró hoy martes que ha informado a Estados Unidos de su política sobre la presencia de tropas extranjeras en el país árabe y le comunicó que Irak no se va a convertir en una «zona de combate regional».
El primer ministro dijo en una rueda de prensa en Bagdad que «el Gobierno informó a la parte estadounidense sobre las prioridades en cuanto a la presencia militar extranjera» en Irak.
En ese sentido, Bagdad transmitió a Washington que «Irak nunca va a ser una zona de combate regional».
Abdelmahdi respondió así una vez más a las especulaciones y a la polémica surgida después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, dijera que contaba con una base militar en Irak, desde la que observar «un poco» a Irán, así como a la posibilidad de que las tropas estadounidenses desplegadas en Siria sean reubicadas en el país vecino.
Por otra parte, Abdelmahdi declaró que «Irak no pude hacerse cargo de la destrucción que causó el grupo terrorista Estado Islámico» (EI) y agregó que «el mundo debe apoyar» al país en la reconstrucción.
«Irak prestó un gran servicio al mundo con la derrota del EI y el mundo debe devolvernos ese favor», remachó el jefe del Gobierno iraquí, que declaró la victoria militar sobre el grupo radical en diciembre de 2017.
Anteriormente, Abdelmahdi había asegurado que todas las bases militares que existen en el país son iraquíes y no hay presencia de bases extranjeras.
Asimismo, hay 5.200 tropas estadounidenses desplegadas en suelo iraquí, además de entre 2.500 y 3.000 uniformados y expertos de otros países, cuyo «único objetivo y deber es entrenar a las fuerzas iraquíes y prestarles ayuda en la lucha contra el EI».
A pesar de que las fuerzas iraquíes arrebataron a los extremistas todos los territorios que controlaban hace más de un año, estos todavía tienen presencia en el país y perpetran atentados de limitado alcance y de forma esporádica.
