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20 de abril 2024
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OpiniónFrancisco Rafael GuzmánFrancisco Rafael Guzmán

Atropello a dignidad Dr. Manuel Joaquín Colón y campesinos seibanos

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Puedo decir que, como profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, he tenido el honor de conocer un poco al Dr. Manuel Joaquín Colón, quien fue profesor durante muchos años profesor de  nuestra facultad. Hombres de grandes luces, con luz propia y se puede agregar que piensa con cabeza propia. Un gran intelectual sin ninguna arrogancia; he sabido que curiosamente es oriundo de Las Matas de Farfán como Orlando Martínez. Una persona de una gran honestidad y si se le puede aplicar la condición de humildad a seres humanos, él es uno a los cuales se les debe aplicar el adjetivo de humilde. Es un luchador revolucionario abnegado en todo el sentido de la palabra, siempre vinculado a los movimientos populares, un hombre enamorado de una justicia social plena. ¿Qué delito se comete con ello ninguno?  Ninguno, ya que sed justo es lo primero si querer ser feliz, como diría nuestro gran patricio Duarte, que después de tanta abnegación tuvo que vivir hasta su muerte en Venezuela en el ostracismo víctima de las maquinaciones del terrateniente Pedro Santana.

La clase terrateniente (los hateros y cortadores de madera), aliada en algún momento a Los Trinitarios, no  quería el tipo de organización estatal que Los Trinitarios querían construir, un Estado de amplia democracia. Esa clase social  veía una amenaza a sus privilegios en el proyecto trinitario, una amenaza  en la eclosión de un Estado moderno en nuestro país, una amenaza al cobro de la renta de la tierra. Ellos entendían que el estado de atraso de las fuerzas productivas materiales en la sociedad dominicana y el aislamiento de las comunidades en esta favorecía más a sus intereses; la construcción de carreteras  y el sufragio universal (aunque sólo fuera para los hombres y no para las mujeres) no les convenía, más bien entendían los terratenientes que las comunidades estuvieran incomunicadas y el voto fuera censitario (votara un reducido grupo de hombres que tuvieran algunos privilegios, pero no los desharrapados).

Hoy día, casi no quedan terratenientes en nuestro país pero los hay, aunque con el crecimiento poblacional y la construcción de tantas vías de comunicación con el aumento del parque vehicular -en el ambiente del crecimiento de una economía de servicio desindustrializada-  el área tierra de cultivos se ha achicado, pero vía el Estado según parece funcionarios y otros que no son quieren humillar a los campesinos que reclaman sus derechos y a quienes los defienden. El Dr. Manuel Colón ha sido nueva vez agredido por la represión policial, ya que anterior fue apresado y golpeado durante una actividad cultural patriótica en Montecristi durante el gobierno de Hipólito Mejía.

El Dr. Colón, hombre de sólida formación intelectual, con vocación de servicio a la sociedad para la construcción de una sociedad más justa y donde no haya tanta desigualdad social, se merece el rechazo de las acciones que en su contra han cometido las fuerzas que son encargadas de poner orden y esta vez lo que han puesto es un desorden. Merecen él y los campesinos seibanos que han protestados contra las injusticias que contra ellos se cometen que se haga justicia contra la vil represión de que fueron objeto. Esta represión tan vil, contra quienes no han cometido ningún delito porque no han violado la constitución del Estado, más bien ella establece el derecho de los ciudadanos a ese tipo protesta porque no estaban conspirando contra dicho Estado. Deben ser sancionados quienes golpearon a Manuel Colón y los demás golpeados y heridos en las protestas de los campesinos seibanos.

No es la primera vez que este gobierno da muestra de mucha intolerancia política, ocurrió cuando el Colegio Médico y autoridades  de la Universidad Autónoma de Santo Domingo marcharon al Congreso Nacional, al llegar allí les lanzaron bombas a los manifestantes, sin que estos estuvieran  cometiendo ningún delito. No sabemos si todavía se le puede llamar a este gobierno dictadura, pero gobierna al estilo de los dictadores en algunas acciones. Esto  se debe a que propicia las injusticias sociales, para poder mantener estas y los grandes privilegios de un grupo de burócratas y de grandes ricos que no son funcionarios del Estado pero que se benefician del tipo de organización estatal existente tiene necesariamente que reprimir, porque la gente no puede quedarse callada.  Este gobierno le ha negado el derecho a recibir una insignificante pensión para terminar sus días de vida que les quedan a depauperados ciudadanos que trabajaron en el Consejo Estatal del Azúcar en algún tipo de labor, no menos que quienes reciben los sueldos tan altos de funcionarios del Estado.

Reclamamos justicia para el Dr. Manuel Colón y los demás golpeados y heridos en las protestas de los campesinos de El Seibo. Vaya nuestra solidaridad con tan magno, ilustre y digno maestro, no puede ser menos de ahí. Lo peor del caso es que   este gobierno está reprimiendo hasta a los adultos mayores, esto se parece al estilo del nazismo. Pardiez señor presidente y todo su equipo y es así que ustedes quieren ser sempiternos gobernantes, lo de que este  es un buen gobierno y de buenas acciones no se lo va creer nadie, ni que se lo digan.

Una cosa es el poder mediático y otra  es que  las  cosas se hagan bien hecha, que se hagan en un clima de combate a las desigualdades, a las iniquidades. En este gobierno lo que se hace es esquilmar las fuentes de los recursos naturales, mientras Danilo ha dicho que no van a ser destruidas las lomas y se hace lo contrario. Se pagan salarios por debajo de 15,000 pesos mensuales a muchos trabajadores, mientras la canasta familiar  anda por los 25,000 pesos.  Las AFP y la ARS, en combinación con el capital financiero, timan a los cotizantes. Lo justo es que este gobierno sea defenestrado, es decir, tirado por la ventana en las próximas elecciones, pero deberíamos tener un gobierno antineoliberal.

Autor: Francisco Rafael Guzmán F.

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