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19 de abril 2024
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OpiniónElvis ValoyElvis Valoy

Otro atentado del criminal ISIS

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El atentado perpetrado el viernes pasado en uno de los trenes en la ciudad de Londres, y reivindicado por el conocido grupo terrorista ISIS, corrobora con la tesis de que todo el siglo XXI será una lucha sanguinaria entre estas feroces asociaciones, y algunos países occidentales.

 El islamismo, como religión, ha visto a minorías violentas tergiversar sus postulados, teniendo estas acciones como corolario el asesinato a mansalva de miles de personas inocentes, que pagan con sus vidas el fanatismo en que militan de estos crueles grupúsculos.  Pero los inicios del denominado ISIS, Al-Qeda,  y de otros clanes terroristas, están muy vinculados  a la protección de varios gobiernos occidentales, los cuales los pertrecharon y auparon, apadrinamiento realizado principalmente en las guerras tanto de Afganistán como en Irak y Siria.   

 Las aspiraciones del grupo terrorista ISIS más crueles no pueden ser, pues dentro de sus anhelos está la imposición de un califato en toda la parte del continente asiático en donde opera, y en zonas de Europa.  

 Sin embargo, hay que reconocer que el islamismo, como todas las religiones, siempre aspiró a controlar grandes zonas del mundo, imponiendo sus creencias a sangre y fuego. El imperio Otomano es un ejemplo de esto.   

 La historia del islamismo nunca será la de estos movimientos terroristas. Sin embargo, el desarrollo del Islam como religión de Estado  marcha a tono con la de la humanidad.   

 Desde que se inició la desintegración del imperio romano de oriente,  el territorio lo fue ocupando el imperio Sasánida, y toda la zona conocida como el Creciente Fértil, lugar en donde bañan las tierras los históricos ríos Tigris y Eufrates, se fue convirtiendo paulatinamente en el centro del mundo, por su dinámico comercio, y el nacimiento de un nuevo modo de producción.

 En el siglo VII aparece un hombre de La Meca, Mahoma, que dice ser un profeta, no así hijo de Dios, y dice haber recibido un mensaje en la forma de un libro sagrado llamado el Corán, que expresaba los lineamientos de la vida, distando mucho ( aunque con influencias) del Cristianismo  y el Judaísmo, que para ese entonces eran las religiones mayoritarias en el mundo.

 Ahí comienza el islamismo, para luego los descendientes de Mahoma, iniciar la conquista del mundo, ensanchando su dominio en Europa, Asia y Africa.  De los pueblos nómadas y beduinos que cohabitaban en el Creciente Fértil, la religión mahometana se lanza a la conquista de todo un imperio que vivió periodos de gloria por muchos siglos.

 El desarrollo de los pueblos árabes ha sido directamente proporcional a la aparición del islamismo a mediado del siglo VII. Los califas y sultanes se imponen en gran parte de Europa, Asia y Africa, dominando los hechos históricos, acontecimientos que ocurren inmediatamente desaparece el Imperio Romano.

 El primer califato del mundo musulmán, que es una especie de gobierno,  lo creó Abú Bakr, el cual tuvo una hija casada con Mahoma, y fue  uno de los primeros seguidores que tuvo el profeta del Islam.

 Los califatos se esparcieron por toda la geografía de la época, al extremo de que en lo que hoy es España, era entonces conocida como Al Andalus, conquistada por la dinastía árabe Omeya  durante el año 710, y que en estos tiempos el grupo sanguinario ISIS amenaza con volver a instaurarlo a fuerza de bombas y atentados.

 Las diferentes maneras en que está dividido el islamismo vienen dadas por el desarrollo de las sociedades en donde esta religión se imponía. Un ejemplo es el de los sunitas, que aparecen durante el gobierno de los Selyucíes, que se instalaron en Bagdad en el año 1055. Asimismo los chiitas que provienen de los buyíes y los zaidíes, que sostenían por allá por los años 700,  que el imán debía ser el miembro más digno de la familia del profeta.

 Entre siglos de divisiones del mundo árabe, y cruentas guerras, se cosificaron las posiciones fundamentalistas, que junto a la lucha mundial por el dominio de vastas zonas del planeta,  aparecieron los grupos más radicales, como lo es el ISIS y Al-Qaeda, este último propinando el 11 de septiembre del año 2001 uno de los atentados más espeluznante jamás conocido, en el cual    murieron casi tres mil personas, entre ellas muchos dominicanos y dominicanas.

 Fueron 19 terroristas los que participaron en los hechos del 11 de septiembre del año 2001,  quince de ellos de Arabia Saudita. En medio de toda la sangre derramada, el mundo observa atónito la escalada horripilante del terrorismo.

 En estos tiempos dos bandos se disputan la orgía de sangre inocente en el pavimento. Entre Al-Qaeda (que fue protegida por Arabia Saudita y los países de Occidente, principalmente Estados Unidos,  en Afganistán)  y el ISIS, pugnan por el dominio del brutal mundo de la violencia más atroz e inverosímil.

 Hoy la humanidad ve con impotencia y lástima la carnicería humana que producen estas organizaciones despiadadas en nombre de una mal entendida religión, que se dan a la tarea de reclutar para sus fines perversos a confundidos personajes a los cuales utilizan como carne de cañón.           

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