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23 de abril 2024
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OpiniónBorja Medina MateoBorja Medina Mateo

Asesoría gratuita a la Fuerza del Pueblo II

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En la entrega anterior hicimos al partido Fuerza del Pueblo las siguientes recomendaciones: 1) Distinguir al partido del líder. 2) Crear una estrategia propia de comunicación política. 3) NO reproducir el peledeísmo. 4) Renovar sus figuras principales o de exposición pública. 5) Innovar en la estructuración organizacional. A los fines de posicionarse en la sociedad como una organización distinta en el sistema de partidos dominicano.

En primer lugar, hay que reconocer que las organizaciones que tienen un líder de carácter presidencial suelen acoplarse a su estilo de proceder, o, a hacer una especie de transfusión de la personalidad. Es decir que, se traspasan las virtudes y los defectos del líder al comportamiento natural de la organización. Eso puede estar pasando en la Fuerza del Pueblo.

En ese sentido, la recomendación sería equilibrar la participación del líder en la toma de decisiones en asuntos organizativos, logísticos y de comunicación, con la confianza de poner en escena criterios y experiencias de nuevos actores que, por su talento y preparación, comiencen a impregnar al partido de innovación, rigurosidad y dinamismo para la construcción de un relato histórico-político propio y conforme a los nuevos tiempos.

Por consiguiente, los simbolismos de “toma de juramento”, de reconocimientos pomposos a dirigentes “especiales”, etc. si bien es cierto que aportan mística, no menos cierto es que hay otras técnicas y herramientas para conectar efectivamente con la población que, en su mayoría, corresponde a la juventud hoy día.

Por ejemplo, en vez de inaugurar el proceso de inscripción y reinscripción en la organización con un evento para reinscribir oficialmente a su líder y presidente como el “miembro número uno”, pudo hacerse inscribiendo tres jóvenes (seleccionados por región) que hayan votado por primera vez en el proceso pasado y cuenten su experiencia de porqué votaron por la Fuerza del Pueblo y desean convertirse en miembros.  Eso, obviamente, elaborado en un formato jovial y cercano, sin protocolos verticales que distancian tanto al que está presente de manera física como al que sigue el acontecimiento por los medios de comunicación. De haberse hecho algo similar se estaría enviando el mensaje claro de que este nuevo partido, es el partido de las actuales y futuras generaciones con una renovada forma de hacer política en la República Dominicana.

Ahí de hecho, encuentra sentido el segundo elemento recomendado, pues, crear una estrategia de comunicación política propia consistiría en utilizar esas nuevas técnicas, herramientas y formatos, a los fines de construir en la sociedad una narrativa que relacione, acerque e invite a nuevos actores a participar, desde la Fuerza del Pueblo, de las transformaciones que se requieren en el país. Ello implica delimitar el objetivo de su comunicación, los métodos, las vías, los recursos y demás instrumentos que hacen tendencia en la interacción social y masiva actualmente. Por tanto, ahí se lograría la identidad propia y el relato histórico-político propio.

En otras palabras, el discurso de lucha por la Constitución, la democracia, etc. ha sido el cuerpo teórico de la actividad política de Leonel Fernández en los ocho últimos años. Ahora bien, transcurrido ese período, la FP debe construir la base conceptual que sustente las iniciativas y las actividades políticas a comunicar de ahora en adelante.

Por otro lado, en lo que respecta a no reproducir el peledeísmo, se refiere, especialmente, a dejar atrás las formas, simbolismos, actitudes, y, todo aquello que se aprendió en la vieja organización que hoy la población repele.

Se trata, sin embargo, de crear un formato abierto, cercano y novedoso que deponga el hermetismo al cual el PLD acostumbró al país. Es la oportunidad, además, de corregir mensajes simbólicos anticuados como haber llamado el primer congreso de la FP “Prof. Juan Bosch”. Lo mismo, corresponde a una práctica traída por el extinto líder desde Cuba, en época de revolución, que consiste en colocar los nombres de “héroes y mártires” a los congresos, a las asambleas o a las estructuras de organización, como ocurría en el PRD y como ocurre en el PLD aún. Lo cual, es entendible y puede inferirse, que llega a la FP a través de su líder quien fuera un cercano discípulo del Prof. Bosch (de ahí la lógica del primer punto recomendado).

El cuarto elemento, referente a la renovación de sus figuras principales o de exposición pública, seguramente cuente con la simpatía de quienes, inclusive, no simpatizan por la FP. Es evidente que los criterios que han predominado para la designación de roles y funciones, y, en consecuencia, para tener exposición pública han sido la confianza y la lealtad del líder hacia los actores repetidos durante años. Sin embargo, se trata de una nueva organización, que cuenta con múltiples estrellas en ascenso que han decidido hacer carrera política en las filas de la Fuerza del Pueblo.

Por ejemplo, en la pasada campaña electoral se destacaron jóvenes como José Ernesto Abud, ex alcalde de Villa Tapia y secretario de la Juventud de FP; Omar Fernández, hoy Diputado ante el Congreso Nacional en representación de la circunscripción 1 del Distrito Nacional; Franklin Rodríguez, nuevo Senador de San Cristóbal, quien por demás es activo y carismático. Y, especialmente, la actriz y comunicadora, Hony Estrella, ex compañera de boleta a Alcaldía del merenguero Johnny Ventura.

Sobre esta última, debemos decir que no entendemos cómo es que un perfil de su arraigo y popularidad nacional, de su talento y simpatía, no representa el área de comunicaciones del partido Fuerza del Pueblo, quien, por demás, es preparada y supera en más de cuatro veces la cantidad de seguidores que tiene en las redes sociales el presidente y líder del partido. Esa sería nuestra recomendación al respecto. Eso es lo que demandan los nuevos tiempos y las nuevas formas de interacción y comunicación social.

Lo anterior, no significa prescindir de nadie, sino, más bien, nuestra recomendación sería ubicar los rostros aquilatados a un plano consultivo e interior del partido, y, las caras nuevas y frescas, decididas y comprometidas con hacer política desde la FP, encargarlas de hacer el frente, de comunicar y de proyectar lo nuevo que ofrece su líder junto al partido a la sociedad dominicana.

Finalmente, el último aspecto versa sobre innovar en la configuración de la estructura organizacional del partido, la cual, actualmente se vislumbra como una reproducción de lo que ya se conoce en el PLD: órgano superior, central, medio, de base y múltiples secretarías para los temas que ellos entienden de “interés nacional y mundial”.

La oquedad orgánica evidenciada en los últimos veinte años en los partidos políticos dominicanos ha hecho incrédula a la población respecto de la utilidad o efectividad de pertenecer a los partidos y a sus estructuras temáticas. Debido a que en el devenir del tiempo se han percatado de que el propósito de los partidos ha sido llegar al poder pura y simplemente, y, luego allí una reducida cúpula o liderazgo logra participar de la toma de decisiones o de la construcción de políticas públicas en función de las demandas sociales.

Lo antes dicho corresponde al modelo vertical de autoridad en el que la legitimidad de actuación o participación política era dada por un cargo, título o distinción. En cambio, hoy día el modelo recomendado es horizontal, donde la participación y actuación política, adquiere relevancia en función de la transparencia y la escucha ciudadana. Esto, en un nuevo modelo organizacional al interior de los partidos, puede ser con la conformación de Mesas Permanentes de Trabajo, bajo el principio de igualdad entre sus integrantes. Y, evidentemente, a esas mesas asignarle los temas en función de la necesidad y de los requerimientos sociales conforme al tiempo. Lo propio, naturalmente, no implica una desaparición o desvinculación de un liderazgo o dirección ejecutiva superior.

Esa recomendación permitiría, además, que sectores y fenómenos sociales marginados de la sociedad, encuentren por primera vez espacios de discusión, debate y participación real para instrumentar y lograr sus propósitos a través de una organización innovadora.  Ahí se incluirían, efectivamente, los participantes y actores de prácticas políticas desconocidas hasta hace poco (marchas contra la corrupción y la impunidad, cacerolazos, abucheos públicos a funcionarios, irrespeto a medidas restrictivas y desobediencia civil, etc.), que no son más que la expresión libérrima y determinada de que las viejas estructuras partidarias de representación ya no son funcionales ni consecuentes con los reclamos del pueblo.

Si lo aquí expuesto encuentra una lectura inteligente, humilde y dispuesta por parte de su dirigencia y liderazgo, la Fuerza del Pueblo, se encaminaría indefectiblemente hacia el poder.

POR BORJA MEDINA MATEO

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