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20 de abril 2024
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Andrea Figueroa: El primer ladrillo de mi negocio fue una ponchera de lavar

Andrea Figueroa: El primer ladrillo de mi negocio fue una ponchera de lavar
Andrea Figueroa de Vera. Fuente externa.
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EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.-EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.-Siendo huérfana de padre y madre, Andrea Figueroa de Vera (Mecho), vivía con su tía Úrsula, en una casa de hojas de latas y zinc, en el barrio La Ciénega próximo al sector Guachupita, su padre había muerto de cirrosis hepática cuando ella apenas tenía dos y un año después murió su madre por leucemia.

Mecho y su hermano Mateo eran los menores de ocho hermanos que fueron separados y repartidos entre amigos y familiares; Mateo era tres años mayor que ella y recuerda que cuando los separaron tomó una flor del campo en la provincia Monte Plata y se la regaló a su pequeña hermana Andrea, le dio un beso y le cantó la canción “Un besos y Una flor” de Nino Bravo, la cual estaba muy de moda en esos años.

Andrea empezó a trabajar desde los doce años en una microempresa llamada “Casa Melitón”, donde lavaba botellas; lugar que describe como la casa del terror, ya que veía mucha sangre porque quienes trabajaban allí solían cortarse las manos con vidrios de recipientes rotos. En sus manos todavía tiene cicatrices de esas heridas. También llegó a vender ropa de paca, lavar y planchar en casas de familia.

Un día a Úrsula se le ocurrió que Mecho hiciera un curso de belleza para que pusiera un salón, pero Andrea no tenía ni tiempo ni dinero para esto. Así que el primer ladrillo de su negocio fue aquella ponchera negra de lavar la ropa que usaba para enjuagar el pelo y luego un secador viejo sostenido en una cubeta con arena y cemento.

A pesar de que sus amistades pasaban frente a su casa y se echaban a reír burlándose de ella, en ese humilde negocio fue donde Andrea conectó con su talento, nunca hizo un curso de peinados ni nada parecido, tuvo que aprender trabajando y seis años después la niña de las manos cortadas por lavar botellas, ya tenía montado su propio salón de belleza.

En 1994 la invitaron para Alemania a impartir cursos de peluquería, y sus allegados pensaron que Andrea aprovecharía esa oportunidad para convertirse en inmigrante, pero ella decidió regresar a su país alegando que aquí estaban sus hijas y sueños por cumplir.

Hoy en día Andrea es la presidenta de la cadena de salones de belleza más grande de República Dominicana “Andrea Hair Center and Spa”, cuenta con 275 empleados que laboran en 23 sucursales alrededor de todo el territorio nacional, así como filiares en la ciudad de Nueva York. Quienes en principio se burlaban de ella ahora forman parte de su personal de trabajo.

Figueroa quien fue entrevistada por las conductoras Verónika Luna Y Verónica Rahn en el programa digital “El Nuevo Minuto”, transmitido por “El Nuevo Diario TV”, todos los miércoles de 4:00 a 5:00 de la tarde, agregó que nuestra tierra es un país de oportunidades, pero que hay mucha gente perezosa y que la pereza lleva a la pobreza, sin embargo piensa que la gente diligente y trabajadora tiende a la riqueza y se muestra como ejemplo.

Andrea pasa la dirección de la empresa a sus hijas, y continua a otros capítulos de su historia donde está trabajando en el Programa “Se Crece”, que le da oportunidades a la mujer de emprender su propio negocio desde cero, descubrir el talento que tienen y ponerlo a generar dinero, asimismo en la cárcel “Najayo Mujeres” trabaja a través de un programa llamado “formando tu Mañana”, además se dedica a la creación de un orfanato llamado “Un Beso y Una Flor”.

También exhortó a los empresarios que para mantenerse deben aprender a delegar funciones, creer en la gente y en los profesionales que contratan. Terminó diciendo que no importa de qué campo o barrio vienes, de qué familia o el color de tu piel, “siempre se puede emprender desde cero”.

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Por: Olga Pérez

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