EL NUEVO DIARIO, NICOSIA.- Chipre celebra el próximo domingo elecciones presidenciales, a las que el conservador Nikos Anastasiadis acude como claro favorito para repetir mandato, si bien todo apunta a que no alcanzará una mayoría absoluta en la primera vuelta.
Entre los nueve candidatos que aspiran a la presidencia solo dos tienen posibilidades reales de enfrentarse a Anastasiadis en una segunda vuelta, que se celebraría el 4 de febrero.
Uno de ellos es el independiente Stavros Malás, que se presenta respaldado por el partido comunista AKEL, de corte más bien socialdemócrata, y que fue ministro de Sanidad durante el Gobierno de Dimitris Jristofias, el predecesor de Anastasiadis.
El haber sido miembro del Gobierno de Jristofias y no ser un político profesional -trabaja como genetista en el Instituto de Neurología y Genética- es precisamente uno de los mayores puntos débiles de Malás, y el que más explota su principal rival, Nikolas Papadópulos, del partido de centro-derecha DIKO.
Papadópulos le descalifica como candidato por haber formado parte de un Gobierno que, como recuerda en cada intervención, condujo a Chipre a la crisis económica.
En el único debate televisado entre los principales candidatos, celebrado este lunes, Malás arremetió contra Papadópulos argumentando que mientras él hizo una buena labor como ministro de Sanidad en el Ejecutivo anterior, DIKO gobernó durante años con Anastasiadis y fue por tanto cómplice de su fracaso, tanto económico como en lo que respecta a la reunificación de la isla.
Cuando en 2013 Anastasiadis, del partido conservador DISY, ganó las presidenciales formó un Gobierno de coalición con la formación de centroderecha DIKO, que Papadópulos lideraría a partir de diciembre de ese año.
Tres meses después, Papadópulos rompió la coalición gubernamental por no estar de acuerdo sobre la estrategia que debía seguirse para solucionar el problema de la división de la isla.
Sin embargo, los cuatro ministros de DIKO optaron por mantener sus cargos ministeriales y abandonar la formación, lo que Malás ha aprovechado para argumentar que el partido ha sido cómplice de la política de Anastasiadis, aunque formalmente no sea cierto.
El presidente, en cambio, defiende que gracias a su gestión Chipre se ha recuperado rápidamente de la crisis económica que en 2013 llevó a que la troika aprobara un plan de rescate de 10.000 millones de euros e impusiera el primer corralito en la historia de la eurozona para evitar la quiebra total de la banca.
La situación económica y las fracasadas negociaciones para la reunificación de la isla han sido los temas principales de esta campaña electoral, en la que los rivales de Anastasiadis le recriminan no haber hecho nada por las clases medias y trabajadoras.
En cuanto a las negociaciones sobre el futuro de la isla, Anastasiadis y Malás defienden una línea parecida, la de retomar las negociaciones con la parte turcochipriota a partir del punto en que quedaron el año pasado cuando fracasaron en la localidad suiza de Crans-Montana, siempre con el objetivo de crear una federación bizonal y bicomunal.
En cambio Papadópulos, hijo del que fuera presidente chipriota, Tasos Papadópulos, quien en 2004 promulgó con éxito el rechazo de los grecochipriotas al denominado plan Annan, sigue la línea dura de su progenitor y apoya una solución que se desmarque completamente de la influencia de Turquía sobre el norte de la isla, la parte turcochipriota.
Papadópulos se presenta con el apoyo no solo de su formación, DIKO, sino también del partido socialista EDEK, de los Ecologistas y de otras pequeñas formaciones.
Los últimos sondeos que publicaron el viernes pasado tres institutos demoscópicos dan a Anastasiadis una clara ventaja frente a sus dos principales rivales, con entre un 30 % y un 32 % de la intención de voto.
Papadópulos y Malás compiten relativamente emparejados por el segundo lugar, ambos con entre el 18 % y el 20 %.
Según las encuestas, en caso de tener que celebrarse una segunda vuelta, Anastasiadis tendría más posibilidades de vencer con ventaja sobre Malás que sobre Papadópulos.
