‘’ Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabaras formando parte de ella’’. Joan Báez
Escribir sobre América latina es uno de los tópicos más importantes que desde siempre ha concitado mi atención. Su gran extensión geográfica y cosmos biológico, aglutina una biodiversidad de climas de todo el mundo, además, que es el hogar de numerosas especies de animales y vegetales, así como también, el tálamo, para los recursos alimenticios, energéticos y minerales.
No cabe dudas, de que forma parte de un gran continente, que por su gran riqueza y productividad, estaría en una cómoda situación de desarrollo, que la convertiría en una gran potencia; desde sus orígenes, ha sido explotada a la saciedad por multinacionales, en contubernio con los gobiernos que les sirven de plataforma, para el emprendimiento de sus conquistas.
El problema de fondo en el continente latino americano, sigue siendo la falta de accesibilidad a la salud y a la inclusión social. Lo que se trata de llamar a la atención, es que las sociedades, tengan una asistencia más justa; la intervención del estado se hace imprescindible, no hay otro modo de que el horizonte se nos haga más cercano.
El tema salud y educación, es la base fundamental, para que el desarrollo cuente con los recursos humanos, que tienen que ver con el bienestar de una nación. Podemos citar países con una densidad poblacional considerable, tales como Bolivia, Paraguay o Haití (incluyéndonos), que en donde por cada mil habitantes, se aprecia, la existencia de apenas dos médicos; dicho guarismos son indicadores que nos dicen, que todavía hay problemas de accesibilidad hasta llegar a ellos (médicos). Las camas hospitalarias resultan escasas. Tenemos el caso de Guatemala y El Salvador que por cada mil habitantes, solo disponen de 1,9 camas. Esto revela, que en cuanto a la salud, hay mucho que cuestionar en la gestión de los gobiernos, que disponen de cuantiosos recursos, que focalizan la necesidad de una mayor atención. Ni hablar de la educación, en donde todavía se muestran unos índices de analfabetismos alarmantes. Aparentemente se hacen esfuerzos para disminuirlo, pero se necesitan cada vez más recursos que fortalezcan el conocimiento (maestros) y el aprendizaje (estudiantes) de cara a la competitividad que surja en el marco laboral.
Tales indicadores, nos resultan muy cuesta arriba pensar, que América latina en su conjunto, es tan rica, con tantos recursos naturales, y minerales abundantes, estemos viviendo en una situación de calamitosa: alarmante y catastrófica, en donde cada vez más, las posibilidades de acercar más las comunidades hacia el desarrollo, las hacen más recónditas, persistiendo, la marginalidad como la constante vital de los gobiernos irresponsables, por administrar de manera dudosa el erario público. Ante todas estas vulnerabilidades que hay en las sociedades latinoamericanas, estamos teniendo violencia de toda clase, delincuencia a granel, la migración masiva, expresada en distintos lugares de América latina. Hoy día los gobiernos que conforman el ‘’clúster’’ de países en vía de desarrollo, están siendo cuestionados, por la indiscriminada corrupción en niveles escalofriantes, en donde todavía no se ha tocado fondo.
El flagelo de la corrupción es una cultura a nivel general y difícil de erradicar. Solo la voluntad política y de una justicia más fehaciente, podría mejorar la deteriorada percepción, que se tiene sobre el manejo indebido de los gobiernos latino americanos, que han sido los únicos responsables de toda la debacle económica, que muchas veces, laceran la democracia de los pueblos. Veamos el espejo de Venezuela; lo que está sucediendo allí, es una película en blanco y negro, con imágenes crudas de terror, no más que por el deseo iracundo de un gobernante, que se escuda en el poder, para seguir gobernando, y llevar al país al exterminio de toda índole. No se puede apretar la tuerca tantas veces, porque la rosca se correra.