Múltiples veces hemos planteado la necesidad de crear el bachillerato deportivo, igual que el cultural, en que ambos dejen a nuestros jóvenes en condiciones de ejercitarse como verdaderos profesionales en los deportes como en las artes.
Ambas tienen la virtud de que los resultados se logran en edades tempranas y son en base al talento. Cada vez resulta más necesario adoptar esa disposición, pues en muchas disciplinas tenemos muestras más que palpables. En el béisbol, en el básquetbol, en el tenis, en el volibol, el fútbol, boxeo, en las artes marciales, entre muchas otras.
Muchas de nuestras figuras que han alcanzado fortunas y famas, en los deportes y en las artes, con raras excepciones carecen de la formación.