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20 de abril 2024
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Al menos 35 muertos en un ataque a un centro chií en Kabul 

Al menos 35 muertos en un ataque a un centro chií en Kabul 
Un hombre conmocionado es trasladado tras un ataque suicida en Kabul, Afganistán, el jueves 28 de diciembre de 2017. (AP Foto/Rahmat Gul)
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EL NUEVO DIARIO, KABUL. — Al menos 35 personas murieron y 56 resultaron heridas el jueves en un ataque contra un centro cultural musulmán chií en la capital afgana, Kabul, según las autoridades.

Varios atacantes suicidas provocaron una explosión ante el centro antes de atacarlo, indicó Najib Danish, portavoz del Ministerio del Interior. Después detonaron explosivos en el sótano del edificio, donde decenas de personas se habían reunido para conmemorar la invasión soviética de Afganistán en diciembre de 1979.

Los testigos dijeron que al menos un suicida logró acceder al acto y estaba sentado entre los asistentes, indicó el líder chií Abdul Hussain Ramazandada. El hombre se inmoló cuando la gente huía de otras explosiones.

La sala de urgencias del cercano hospital de Istiqlal se vio sobrepasada por los muertos y heridos, indicó el director del centro, Mohammed Sabir. Se pidieron refuerzos de médicos y enfermeros para ayudar y en el momento de mayor actividad, más de 50 médicos y enfermeros trabajaban para salvar a los heridos, la mayoría de los cuales sufrían quemaduras graves.

El centro cultural, un edificio de dos plantas, se encuentra en el humilde barrio de Dasht-e-Barchi, de mayoría chií, en la zona oeste de la capital. Se trata de una estructura sencilla rodeada por viviendas de adobe en las que viven algunos de los más pobres de Kabul.

En una entrevista con The Associated Press, un miembro destacado del consejo clerical chií Mohammad Asif Mesbah dijo que el ataque podría deberse a que el centro también alberga la agencia de noticias Afghan Voice, que tiene una marcada tendencia proiraní. Su propietario, Sayed Eissa Hussaini Mazari, es un firme defensor de Irán y en la cobertura de la agencia predominan las noticias sobre Irán, un país de mayoría chií.

Nadie reclamó la autoría del ataque en un primer momento, aunque en los últimos meses la filial en Afganistán del grupo Estado Islámico ha reivindicado varios atentados contra chiíes en Kabul. El grupo hizo una advertencia este año tras un ataque contra la embajada iraquí en Kabul, en la que prometía perseguir a los chiíes afganos. Desde entonces, la milicia se ha atribuido al menos dos ataques contra mezquitas chiíes en Kabul y uno en la ciudad occidental de Herat, en los que han muerto decenas de personas.

En una entrevista por teléfono con The Associated Press, el portavoz talibán Zabiullah Mujahid negó que el grupo insurgente estuviera implicado en el ataque del jueves al centro cultural.

La filial afgana del grupo Estado Islámico, formada por extremistas suníes, ve a los chiíes como apóstatas. La rama del grupo EI en Afganistán agrupa a milicianos uzbecos del Movimiento Islámico de Uzbekistán, que se separaron de los talibanes, y a insurgentes desencantados que han abandonado a la más grande y establecida fuerza talibán.

Ante el aumento de los ataques contra chiíes en Kabul ha crecido el miedo entre los vecinos de la zona. La mayoría de las escuelas tienen guardias armados adicionales salidos de la población local. Aun así, Ramazandada dijo que la seguridad en el centro cultural era escasa.

Resumen diario de noticias

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El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, describió el ataque como un “crimen contra la humanidad”.

“Los terroristas han matado a nuestra gente. Los terroristas han atacado nuestras mezquitas, nuestros lugares sagrados, y ahora nuestro centro cultural”, indicó en un comunicado publicado por el palacio presidencial, en el que afirmó que estos atentados son ataques contra el islam y “todos los valores humanos”.

Por otro lado, seis niños pastores murieron en la provincia norteña de Balkh al estallar una bomba caminera, según el gobernador local.

Los niños tenían entre 8 y 10 años, indicó el gobernador del distrito de Dawlat Abad, Mohammad Karim.

Nadie reclamó el ataque, aunque Karim culpó a los talibanes, señalando que los insurgentes habían colocado la mina para atacar a funcionarios y fuerzas de seguridad afganas.

Afganistán tiene la cifra de víctimas por minas más alta del mundo. Se cree que cada mes 140 personas mueren o resultan heridas por minas y otras bombas colocadas en los caminos del país.

Tres policías murieron y otro resultó herido durante la noche en un ataque talibán contra un puesto policial en la provincia central de Ghazni, indicó Mohammad Zaman, jefe provincial de policía.

 

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